Y Asturias tembló
Un terremoto de 5,1 grados Richter, el más intenso del siglo, se dejó sentir especialmente a lo largo de la costa del Principado
Lunes, 23 de mayo 2022, 00:14
Fue tal el temblor de la tierra que muchos asturianos llegaron a abandonar sus casas en medio del pánico. Hace cinco lustros, un terremoto con epicentro en Sarria-Becerreá, en Lugo, y 5,1 grados de intensidad en la escala Richter, se dejó sentir por todo el Principado, especialmente en las zonas costeras y en el Occidente, suponiendo el más intenso en Asturias en todo lo que iba de siglo. «Estuvo seguido de más de un centenar de réplicas de menor intensidad», contó EL COMERCIO en portada, «aunque una docena de ellas fueron percibidas por la población en gran parte de España». El seísmo no trajo consigo tragedias de magnitud en Asturias, aunque, ya en Galicia, un hombre de 40 años murió a causa de un infarto en la misma franja horaria en la que tembló la tierra, sospechándose que el deceso podía estar, por tanto, vinculado al terremoto.
Aquí, afortunadamente, la cosa se dirimió en un susto mayúsculo y en centenares de llamadas a los servicios de emergencia, que quedaron colapsadas a eso de las dos de la mañana, diez minutos después del inicio de los temblores. «La noche y la mañana estuvieron marcadas por la incertidumbre y la alarma ante los siguientes temblores o réplicas producidos como consecuencia del primer seísmo, cuya intensidad supera los parámetros máximos que los expertos sitúan para esta zona en 5 puntos en la escala de Richter».
Lo que venía siendo, según los expertos, el equivalente a la potencia de una carga de dinamita de 20.000 toneladas. Los temblores se repitieron a lo largo de toda la noche, registrándose otro terremoto de intensidad 4,1 a las tres y media de la mañana, y otro de 4,3 a las siete de la mañana. Así, recurrentemente, hasta bien entrado el mediodía del día siguiente. Aquel seísmo superó todos los récords hasta entonces registrados en Asturias: el último terremoto fuerte había ocurrido en la Nochebuena de 1995, pero aquel 'solo' había llegado a los 4,4 grados en la escala de Richter. El límite dentro de una zona 5, como se catalogaba a Asturias: no se preveían temblores mayores que aquel. Por fortuna.