Aurelio Martín: «Queremos dinamizar las dos fachadas marítimas de Gijón porque se mueren económicamente»

La semana que cumple su primer año en el equipo de gobierno, Aurelio Martín analiza para EL COMERCIO el estado de algunos de los asuntos que tiene en marcha la concejalía de Medio Ambiente y Movilidad. Un área situada continuamente en el centro del huracán, pese a lo cual el también portavoz de IU rechaza identificarse como un edil ligado a la polémica. «Sí, dirijo una concejalía con mucha iniciativa. Y cuando intentas cambiar una ciudad es normal que haya opiniones para todos los gustos», defiende.

Media calzada para uso exclusivo de los peatones, un nuevo trazado ciclista al otro lado de la mediana y un único carril para el tráfico en sentido hacia el Piles, con la excepción de un pequeño tramo de doble sentido entre Canga Argüelles y Menéndez Pelayo que evitará tener que desviar las líneas de EMTUSA que pasan por la zona. Son las claves de una reordenación del Muro diseñada en tiempos de pandemia y que conlleva una obra «de mínimos, para que tenga una cierta dignificación», pero que aún no es «su gran reforma, si en algún momento se acomete».

La lucha contra el cambio climático y las medidas de prevención frente al coronavirus hacen que estemos, según Martín, «frente al momento de mayor cambio en las ciudades que se ha conocido en las últimas décadas». Y en España, «casi todas han peatonalizado sus paseos marítimos». Gijón, apunta, «no puede quedar atrás en el proceso de modernización que están experimentando otras urbes españolas y europeas, porque necesitamos una ciudad que guste más a los gijoneses y a la gente que viene de fuera».

Añade que junto a los motivos sanitarios y medioambientales, «cambiar las dos fachadas marítimas también es absolutamente imprescindible para dinamizarlas económicamente. Son dos pasillos que se nos mueren desde el punto de vista económico y que suponen dos activos muy importantes de los cambios que pretendemos introducir en Gijón». Y en este sentido, si bien los cambios que se llevarán a cabo estas semanas en e Muro no incluirán la reserva de espacios para terrazas «en ninguna parte del vial», de modo que el espacio que se gane «será todo para el peatón», el concejal sí cree que «cuando se haga una reforma a fondo de todo el paseo, la actividad económica de hostelería y comercio tendrá que tener un espacio, en su justo equilibrio».

Para la reforma de la fachada de Fomento el Ayuntamiento prevé convocar «en las próximas semanas» el concurso de ideas que había anunciado inicialmente para julio pero cuyas bases han sido remitidas previamente para su análisis a la Autoridad Portuaria y al Colegio de Arquitectos. Y en lo que respecta al Muro, el edil únicamente lamenta que las obras no hubieran podido ejecutarse como estaba previsto a lo largo del mes pasado, «porque la parte administrativa llevó más tiempo del esperado» y una vez adjudicado por el trámite de urgencia la ejecución no se puede posponer ya a septiembre. No obstante, asegura que los trabajos «pretenden tener un impacto y unas molestias mínimas».

Con respecto al efecto que tendrá sobre el tráfico motorizado la reducción a un único carril, indica que la movilidad de las ciudades «se diseña en función de medias de tráfico» analizadas en largos periodos y no «por las retenciones que haya en determinados días u horas». Añade que la vía que quedará para los coches será «muy ancha», pero evitará la posibilidad de los aparcamientos en doble fila, «que a veces es lo que genera retenciones».

En paralelo a las obras del Muro, mañana comenzarán los trabajos para ganar espacio para los peatones en las calles Ruiz Gómez y Caridad, con el objetivo de facilitar «un tránsito seguro» desde la Plazuela a la playa, dando continuidad a la ya peatonalizada calle Covadonga. En un principio la intención era suprimir por completo el tráfico en estas dos calles. Pero atendiendo al modelo que piden colectivos como la Unión de Comerciantes, Cocemfe y las asociaciones representativas del taxi, y para evitar «cargar en exceso Cura Sama», finalmente se optará por una «peatonalización blanda». Los coches podrán seguir circulando por ellas, pero a una velocidad máxima de 20 kilómetros por hora. Además se instalarán señales de 'calle residencial', que indican la prioridad de paso de los peatones, y se suprimirán todas las plazas de aparcamiento. No habrá ensanche físico de aceras, aunque sí se marcará con pintura sobre el asfalto la nueva parte peatonal, sin perjuicio de que en un futuro se pueda construir ya una plataforma única en estas calles. Frente a las críticas de algunos negocios a las restricciones de circulación en el centro, Martín remarca que en ciudades como Pontevedra tras la peatonalización de calles «hubo aumentos de las ventas de más del 30%».

Las próximas actuaciones, también mediante medidas de 'movilidad táctica' serán el ensanche de los accesos a los colegios mediante la supresión de plazas de aparcamiento frente a la entrada de los centros y la reordenación de Mariano Pola, que en el tramo más próximo a Poniente quedará reservada a peatones, ciclistas y residentes. Para la segunda quincena de septiembre el concejal espera contar con el estudio para la reforma de la movilidad del entorno de El Molinón. «A lo mejor nos dice que Doctor Fleming tiene que ser de doble sentido», apunta como una opción que además reduciría el tráfico en la glorieta de la avenida de Castilla.

Otras actuaciones están pendientes de más estudios como el de aparcamientos, que Movilidad espera tener en su mano en octubre. «Somos conscientes de que en los barrios más viejos de la ciudad los edificios no tienen garajes privados y tampoco hay parkings públicos», señala Martín.

Tras haber mantenido reuniones «con todos los grupos» sobre el contenido de la futura ordenanza de Movilidad, el concejal asegura que el equipo de gobierno está dispuesto a aceptar «muchísimas enmiendas, prácticamente de todos ellos». Cuáles se incorporan al texto se debatirá en las dos comisiones del área previstas para septiembre, con la intención de someter el texto a votación definitiva en el Pleno de octubre y que así pueda entrar en vigor a principios de 2021, previo el oportuno periodo de información pública y el estudio de alegaciones, «porque queremos hacer las cosas bien». Martín señala que aunque sobre la mesa se había puesto «una propuesta de máximos», lo lógico es «buscar consensos» y por eso «algunas cosas van a quedar diferentes».

En lo que respecta a una de las medidas con más contestación política y social, la obligación de la etiqueta ambiental para poder aparcar o circular por el casco urbano, señala que «no queremos renunciar a ella, pero tampoco seremos talibanes de ninguna posición». Recuerda que PSOE e IU ya han propuesto posponer un año la entrada en vigor de las diferentes fases de esta obligatoriedad «y en función de la situación socioeconómica, antes de esas fechas el Pleno podría determinar alargar más los plazos». No obstante, señala que cuando empiecen a aplicarse las restricciones más severas los coches que carezcan de etiqueta tendrían ya «20 o 25 años», y antes de esa fecha «ya habrá habido una potente renovación del parque móvil en España y en Gijón». Y añade que «hoy ya puedes encontrar en páginas de anuncios coches de segunda mano relativamente baratos que tienen etiqueta ambiental». Por eso, pide «dejar de poner siempre excusas para no hacer nada» y trabajar «con el objetivo de que haya menos coches contaminantes andando por la ciudad. Luego ya veremos cómo hacemos ese camino».

En lo que respecta a la reciente puesta en marcha de una campaña de control de bicis y patinetes en las aceras, destaca «la buena acogida que ha tenido, porque su aceptación ha sido unánime, más allá de que a alguna entidad del ámbito de la bicicleta las sanciones le parecieran demasiado altas».

«Habrá un antes y un después de la instalación de una estación oficial de medición en El Lauredal». El concejal está convencido de que la toma de datos sobre la calidad del aire que el Principado prevé empezar a hacer en el mismo lugar que hoy ocupa la estación móvil municipal tendrá consecuencias directas sobre las acciones de empresas y administraciones para la reducción de la emisión de partículas, «porque sus mediciones no solo quedarán reflejadas para el Principado, sino para la Comisión Europea. Y si no están en consonancia con sus límites, podría ser motivo de sanción». En este sentido, confía en que una vez entre en funcionamiento ese equipo todas las partes «hagan un esfuerzo añadido» para reducir la contaminación de la zona.

Añade que en septiembre está previsto que el Consejo de Gobierno del Principado apruebe el nuevo «plan de medidas a corto plazo» para la mejora de la calidad del aire en la zona oeste, «que intentará conseguir una minoración de las emisiones en un plazo de un año o año y medio». Incluirá un nuevo protocolo ante episodios de alta contaminación cuya activación, a diferencia del que está vigente, «será responsabilidad del Ayuntamiento». De este modo, apunta, se evitarán situaciones como la ocurrida en enero, cuando el Principado no atendía la petición de Gijón de activarlo pese a la sucesión de días con alta concentración de partículas.

Tras las inspecciones realizadas en los últimos meses a los equipamientos del curso bajo del Piles, Martín asegura que se ha logrado «que en estos momentos no haya entidades que viertan» residuos al cauce del río, a pesar de que algunas aún no han desarrollado por completo sus planes de acción. La lupa está puesta ahora sobre las explotaciones agroganaderas río arriba. Tras analizar «aleatoriamente» dos de ellas y ver que había vertidos se ha puesto en marcha una campaña de inspecciones que estudiará hasta diciembre casi un centenar de ellas. Por otra parte, sigue pendiente la finalización del estudio sobre las cianobacterias iniciado por la Universidad de Oviedo en abril -coincidiendo con el inicio de su ciclo vital-, que determinará qué pasa en el río, cómo se puede corregir y cuestiones como si el anillo navegable puede reabrirse o no. «Nos guiaremos por criterios de salud pública», asegura el edil, quien añade que la reforma del estanque de Isabel la Católica, que también influye en la calidad de las aguas, podría adelantarse al año que viene.