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IVÁN VILLAR
GIJÓN.
Martes, 13 de abril 2021, 01:41
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«¿Cómo crees que han de ser las relaciones entre el Ayuntamiento y las diferentes confesiones religiosas? ¿Qué cuestiones crees que sería necesario incluir en una regulación del uso de espacios públicos y edificios municipales para garantizar el mandato constitucional de neutralidad religiosa?». Son las dos preguntas que el Ayuntamiento hará a la ciudadanía a través de su página web como fase previa a la elaboración del primer Reglamento de Laicidad de Gijón, un instrumento normativo con el que pretende regular en el ámbito municipal «el mandato constitucional de aconfesionalidad y neutralidad religiosa». La aprobación de este documento es uno de los compromisos adquiridos por el equipo que encabeza la alcaldesa, la socialista Ana González, dentro del acuerdo de gobierno que se alcanzó con IU en 2019 para el mandato en curso.
«Tal y como establece la Constitución Española, es necesario garantizar la libertad ideológica, religiosa y de culto de la ciudadanía, de manera que las creencias religiosas no constituyan motivo de desigualdad o discriminación ante la ley. En este sentido, el interés municipal es regular cuestiones tan importantes como la separación entre el poder público municipal y las distintas confesiones religiosas y convicciones personales, así como la obligatoriedad del poder público municipal ante el hecho religioso», argumenta el Ayuntamiento. La consulta ciudadana, que estará abierta desde hoy hasta el 3 de mayo, es un paso obligado por la Ley de Procedimiento Administrativo. No obstante, existe ya un primer borrador de Reglamento de Laicidad, que se pretende ampliar con las aportaciones que se reciban a lo largo de este proceso.
Neutralidad: el Ayuntamiento no tendrá patrones religiosos, ni se encomendará a imágenes o figuras del santoral ni les concederá distinciones.
Actos oficiales: serán exclusivamente sin connotaciones religiosas. No participarán autoridades religiosas de forma oficial ni incorporarán símbolos o ritos religiosos.
Edificios públicos: estarán exentos de cualquier tipo de simbología religiosa, salvo que tengan un valor histórico o artístico justificado. Se sustituirán por otros neutrales referentes a la Constitución y sus valores, a la ciencia, a la literatura...
Suelo público: no se cederá para construir edificios de carácter religioso.
Ceremonias civiles: se regularán «actos de acogimiento» para dar la bienvenida a niños a la comunidad.
Oficina de Libertad de Conciencia: asesorará en trámites como el testamento vital y la apostasía.
Publicidad: se informará anualmente de las exenciones fiscales a las confesiones religiosas y del censo de inmatriculaciones.
Desde que esta cuestión se puso sobre la mesa en los primeros meses del mandato, IU siempre ha defendido como ejemplo a seguir el de Rivas-Vaciamadrid, primera administración local en aprobar una norma de este tipo, hace ya dos años. En ese reglamento se recoge que el Ayuntamiento «no tendrá patrones religiosos, ni se encomendará a imágenes religiosas, advocaciones o figuras del santoral, ni concederá distinciones a imágenes de la misma naturaleza». También obliga a evitar cualquier connotación religiosa en actos oficiales como inauguraciones, tomas de posesión y pregones y a retirar cualquier símbolo religioso de edificios e instalaciones municipales, salvo que estén justificados por su valor histórico o artístico». Regula ceremonias como «los acogimientos civiles», una especie de bautizo laico para «dar la bienvenida a la comunidad a dichos niños y niñas», si bien la alcaldesa ya se manifestó hace meses en contra de celebrar en el Ayuntamiento este tipo de ceremonias.
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