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Yate que se oferta en las plataformas de alquiler vacacional. E. C.

Los barcos-hotel siguen haciendo negocio con sus camarotes gracias al vacío legal

M. MORO

GIJón.

Lunes, 24 de febrero 2020, 00:57

65 euros la noche. Eso es lo que cuesta alquilar, a través de una plataforma de internet, un yate en el Puerto Deportivo para vivir la experiencia de alojarse como turista en Gijón en el mar. El anuncio asegura que este barco-hotel es «ideal para estancias en familia o grupos de amigos, con capacidad hasta siete personas». El yate en cuestión tiene 14,5 metros de eslora y 4 de manga. Consta de tres habitaciones, tres baños, cocina-salón y fly totalmente equipado. Además, se puede salir a navegar por un precio de 350 euros dos horas y cada hora extra cuesta 100 euros más, especificando que en el precio van incluidos patrón y gasoil.

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La Asociación de Hostelería y Turismo en Asturias (Otea) viene criticando que las administraciones implicadas «miren para otro lado» ante un negocio que ha florecido merced a una situación de limbo o vacío legal «sin ningún tipo de control, autorización o habilitación». Una competencia náutica que le ha salido al sector hotelero porque la Ley de Turismo del Principado no tiene competencia en el dominio público portuario. Por eso, particulares y hasta empresas han aprovechado estas lagunas legales para ofrecer camarotes con ofertas muy competitivas si se comparan con los precios por persona de las habitaciones en hoteles.

Inhibición

La empresa concesionaria del Puerto Deportivo ya ha se ha pronunciado a este respecto y ha asegurado que en tanto que la Autoridad Portuaria de Gijón o una instancia superior no le digan lo contrario se inhibirá con estos barcos. Esto es, no hará nada que pueda perjudicar a estos clientes que se dedican a esta actividad lucrativa con sus embarcaciones de recreo.

Nada que ver con lo que ha sucedido en otras instalaciones similares como en Alicante, donde la empresa encargada de gestionar sus pantalanes adoptó medidas para erradicar esta práctica ante las quejas del resto de usuarios. En concreto, presionó a los propietarios que alquilan barcos a turistas con la amenaza de no renovación de sus contratos de amarre.

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