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Ewelina Joanna Niwel interpreta una melodía al violín durante la ofrenda floral previa al inicio de la marcha ciclista. CAROLINA SANTOS
Bulnes y Regueiro en los pedales

Bulnes y Regueiro en los pedales

Bomberos homenajeó con una marcha ciclista a los compañeros fallecidos en 2005 | Los dos hombres, muy queridos en el cuerpo, perdieron la vida al desepeñarse en Fano el camión en el que se dirigían a apagar un fuego

PABLO SUÁREZ

GIJÓN.

Domingo, 10 de marzo 2019, 05:10

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Nadie en el parque de Bomberos ha olvidado a José Antonio Regueiro y José Ramón Bulnes. El recuerdo de los dos compañeros, fallecidos el 13 de diciembre de 2005 al caer por un terraplén el camión en el que se dirigían a apagar un fuego en Fano, continúa muy presente en el cuerpo. No solo entre quienes compartieron con ellos trabajo y vida sino también entre aquellos que, pese a haberse incorporado tiempo después de aquel dramático incidente, han interiorizado la importancia de su figura, un baño de realidad sobre el peligro que conlleva el acto de salvar vidas.

Ayer, como colofón a la celebración de su patrón, los bomberos organizaron una marcha ciclista envuelta en homenaje a los dos fallecidos. Un recorrido por el concejo de Gijón con salida desde el propio parque de Bomberos y llegada en la pista de atletismo de Las Mestas y que tuvo como parada central el monolito ubicado en Fano, justo en ese camino de tierra desde donde se precipitó el camión aquel fatídico día.

Tal y como afirmaron desde la organización, la iniciativa es una forma de dar visibilidad al cuerpo a través del deporte. Por ello, la inscripción estuvo abierta para todo el mundo, no solo bomberos, con lo que se logró una asistencia cercana al centenar de personas. El buen tiempo y el hecho de que el recorrido, de unos 45 kilómetros, fuese de una exigencia no demasiado elevada, fomentó la participación. «Esto no es una carrera, es una marcha, una forma de aprovechar el sábado junto con el cuerpo de bomberos», afirmaba uno de los participantes.

Otro de los momentos destacados ocurrió minutos antes de que diese comienzo la marcha. Todos los participantes se congregaron frente a la placa que honra la figura de aquellos bomberos fallecidos en acto de servicio para realizar una ofrenda floral, como ya hiciese la alcaldesa durante la celebración del pasado jueves. Ewelina Joanna Niwelt, la única mujer del cuerpo, sumó, como ya hiciese el pasado martes, emotividad al momento con la interpretación de una melodía al violín. Allí también estaban Senén y Rafael, los dos supervivientes de aquel accidente y que, catorce años después de aquello, mantienen intacta la emoción ante el recuerdo.

Una subida complicada

Había casi 200 metros de pendiente desde donde quedaron tendidos hasta el lugar en que yacían sus compañeros. Senén y Rafael saltaron del vehículo antes de que se precipitase al vacío. El cabo José Ramón Bulnes Sánchez, de 59 años, y el conductor José Antonio Regueiro González, de 38, no corrieron la misma suerte. Fueron sus propios compañeros, con el apoyo de los otros funcionarios que les seguían en otro camión, quienes tuvieron que rescatar sus cuerpos, entre el dolor y la rabia. La lluvia caída los últimos días se había filtrado en la tierra. La serpenteante caleya que une la antigua carretera de Pola de Siero con el monte de la parroquia rezumaba barro. Sus poco más de dos metros de ancho convirtieron la subida en un arriesgado lance. Al paso del primer vehículo, el margen derecho de la calzada cedió. La tierra humedecida no resistió su peso. El camión rodó por el borde del angosto camino hasta que perdió por completo la estabilidad. En los instantes que transcurrieron desde ese momento hasta su vuelco, Senén y Rafael salvaron la vida de un salto.

Aquel incidente supuso un antes y un después para el Servicio de Prevención y Extinción de Incendios. Como ayer volvieron a demostrar sus compañeros, el recuerdo de Bulnes y Regueiro sigue muy vivo.

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