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El padre Chus, en 2013, en la localidad maliaya de Castiello de la Marina, de donde fue párroco. PALOMA UCHA
Caso del padre Chus | «Yo no busco a nadie, si estás aquí es porque quieres»

Caso del padre Chus | «Yo no busco a nadie, si estás aquí es porque quieres»

Mensajes como este empapelaban el piso del padre Chus cuando la Policía entró a registrarlo. Llegó al excura tras una denuncia por drogas

GUILLERMO MAESE

GIJÓN.

Domingo, 20 de febrero 2022, 01:15

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El cerco al padre Chus es cada vez más estrecho. El levantamiento parcial del secreto de sumario del caso, al que ha tenido acceso a EL COMERCIO, ha detectado hasta quince posibles víctimas de abusos. Ni la jueza instructora ni la Fiscalía le concedieron la libertad provisional por apreciar riesgo de fuga, de continuación de la actividad delictiva y de coaccionar a otras posibles víctimas y testigos. Acusado de un delito de corrupción de menores y contra la salud pública, fue una investigación sobre tráfico de drogas lo que puso a las autoridades de nuevo sobre la pista del polémico exsacerdote.

Todo parte de su casa de la calle Donato Argüelles. «Comparto mi hogar con personas que lo han pasado muy mal y han tenido que robar o incluso comerciar con su cuerpo para sobrevivir, pero ellos me necesitan, y que vivamos juntos no significa que yo haya hecho lo mismo», aseguraba el padre Chus hace años, para salir al paso de las primeras acusaciones. Porque lo que hoy está judicializado ya fue denunciado hasta en tres ocasiones hace seis años. Y hace ocho que el Arzobispado de Oviedo le apartó de sus funciones como párroco en Villaviciosa y profesor en Gijón por «conductas inapropiadas e inmorales». Los rumores sobre su comportamiento ahora investigado llevaban décadas circulando.

Las pesquisas policiales invitan a pensar que era en su domicilio donde, presuntamente, ofrecía droga a menores de edad a cambio de abusar sexualmente de ellos. «Yo no busco a nadie, si estás aquí es porque quieres», reza un cartel colgado en la puerta de su dormitorio. Otros como «cuidado con el perro» o «recuerda que esta es mi casa, cuídala como si fuera tuya» también pueden leerse en su domicilio. Las escuchas telefónicas de la Policía durante meses fueron determinantes para su detención.

Despedido y expulsado

Nacido en Laviana hace 70 años, Jesús María Menéndez, el tercero de cuatro hermanos, estudió Filosofía y Teología, se ordenó como sacerdote y en 1978 comenzó a dar clases de Religión. Ejerció la docencia durante 36 años en varios centros de enseñanza secundaria de Gijón y fue párroco de varias parroquias de Villaviciosa. La última fue Castiello de la Marina. Sus feligreses, en 2013, protestaron enérgicamente cuando el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, le cesó de sus funciones. Un despido que denunció y que la justicia declaró improcedente en 2014.

Él mismo aseguró haber sido apartado de sus funciones «con el pretexto de la orientación sexual». «Pues claro que tengo inclinaciones sexuales, las normales, como todo el mundo. Ellos sí que son una mafia de reprimidos», alegó. Pese a todo, en 2015 el papa Francisco lo expulsó de manera «definitiva e irrevocable» de la Iglesia. La comunidad diocesana manifestó «su profundo dolor por unos delitos que han supuesto un daño enormemente lesivo tanto en personas adultas, como especialmente en menores de edad».

Desde que entrara en prisión en noviembre del año pasado, el padre Chus ha ido perdiendo los apoyos de quienes, durante años, defendieron su controvertida labor social y humanitaria. Incluso dentro de la diócesis asturiana hubo quien le defendió ante las acusaciones del arzobispo de Oviedo, quien siempre fue crítico con el exsacerdote. «He visto a esos jóvenes y a las madres de esos chicos y sé lo que ahí se ha dado», expresó Sanz Montes tras la expulsión del padre Chus del estado clerical.

Pese a que aún se espera la incorporación del testimonio de nuevas víctimas, el exsacerdote se encuentra en el Centro Penitenciario de Asturias tranquilo, esperanzado y convencido de su inocencia. «Ni mayores ni menores. Abusos, ninguno», expresó alguna vez a sus allegados al ser cuestionado por las acusaciones.

La causa aún sigue en fase de instrucción. A la espera se encuentra el centro de atención de víctimas de agresiones sexuales Cavasym, que baraja personarse en la causa como acusación popular. Por el momento solo la Fiscalía ejerce como parte acusadora.

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