Una caravana para Argüelles

Lo bueno de organizar en agosto el consabido homenaje a Manuel Argüelles, a la sazón -aunque por poco tiempo, porque dejaría el cargo en el mes de diciembre- ministro de Fomento, era que este se encontraba de vacaciones en Asturias. Lo malo: que su residencia veraniega estaba en Caravia, con mal acceso desde Gijón. Un problema salvable. «No fue obstáculo la lejanía de la residencia del ministro», contó EL COMERCIO. «Se vencieron todas las dificultades de la larga excursión, que resultó ordenada y gratísima, pues a pesar del gran número de autos» -porque si había que ir a buscar y llevar de vuelta a Argüelles, lo mejor era organizar una caravana automovilística- «no se registró el menos incidente».

Un auténtico acontecimiento aquel de hace un siglo. «Decían que en Villaviciosa y Colunga que jamás habían visto un desfile tan extenso por aquellas carreteras, y a todos los viandantes sorprendía el paso inacabable de coches». Mucha era la importancia que tenía la cartera de Fomento para los intereses de una ciudad como Gijón, y, por tanto, muchos fueron los asistentes a un agasajo que Argüelles recibió quizás honrado, pero ciertamente con cara de fastidio para las fotos que han pasado a la posteridad. Ahí a la izquierda de este texto lo tienen, impávido, con el sombrero en la mano.

A Argüelles se le recibió en la plaza del Marqués, atestada de gente que llegaba de Claudio Alvargonzález hasta Corrida, descollando entre la multitud «numerosas y simpáticas cigarreras». Los coches, por su parte, «ocupaban todo el trayecto desde el puente del Piles al domicilio social del Ateneo, y aún había varios coches por la calle de Ezcurdia». Fueron más de 50 automóviles, figúrense; con todo lo que eso conllevaba estando como estaba, precisamente, la ciudad en asuntos... de Fomento. «Al llegar el primer auto al puente del Piles, se detuvo breves momentos la caravana, a fin de ir dando salida a los coches e intervalos, para impedir las molestias del polvo a los excursionistas». Que fueron, multiplicado cada coche por varios viajeros, infinidad. No merecía menos el insigne Manuel Argüelles.

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