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Caseta de Salvamento, que podría ser trasladada. C. SANTOS

La falta de muestras impide probar que el carbón de la playa sea del 'Castillo de Salas'

Los geólogos cifran en 38.000 metros cúbicos el aumento de arena en San Lorenzo en el último semestre, pese a la reducción de la zona seca

I. VILLAR

GIJÓN.

Martes, 13 de noviembre 2018, 01:15

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«Nada es concluyente». Es el resultado de los estudios realizados para intentar determinar el origen del carbón que a mediados de febrero cubrió de negro la playa de San Lorenzo, como ha vuelto a pasar este fin de semana. El motivo: que no existe una muestra tomada en el barco que permita certificar de manera absoluta que el mineral que aflora periódicamente es el mismo que transportaba el 'Castillo de Salas' cuando se hundió frente a Gijón en 1986.

Así lo afirmaron ayer los profesores de Geología de la Universidad de Oviedo Germán Flor Rodríguez y Germán Flor Blanco durante la presentación ante el Observatorio de la Playa de San Lorenzo de las conclusiones de los análisis realizados a los restos de carbón que se recogieron en el arenal tras el afloramiento que tuvo lugar hace nueve meses. No obstante -tomando como base estudios sobre la dispersión de esa carga a lo largo de la bahía hechos en los meses y años siguientes al hundimiento y que indicaban, por ejemplo, que un semestre después del accidente el 0,26% de los sedimentos de la playa eran carbón-, una tesis del propio Germán Flor Rodríguez publicada a principios de los años 80 que reflejaba la inexistencia de este mineral en la arena de San Lorenzo antes del naufragio y el «redondeamiento» que presentaban algunas de las gravas recogidas en febrero, apuntaron que «lo lógico» es que el mineral proceda del buque sumergido frente al cerro de Santa Catalina.

«Es un material inerte, que no causa ningún daño más allá del impacto visual»

Las muestras tomadas en febrero fueron remitidas al Instituto Nacional del Carbón (Incar), dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), para que las comparara con otra que conserva en los archivos de su laboratorio, que se suponía procedente de las bodegas del propio 'Castillo de Salas'. Sin embargo, en su informe el instituto especificó que la «pastilla petrográfica» que conservaba desde 1986 corresponde en realidad a «una muestra tomada en la playa por personal externo al Incar».

Esto ha llevado a los geólogos de la Universidad de Oviedo a determinar «desde un punto de vista técnico» que el resultado de los análisis realizados en esos laboratorios -que revelaba que las bolsas enviadas en febrero y la que ellos conservaban «contienen carbones con una composición petrográfica maceral diferente»-, no puede considerarse concluyente «al no existir una muestra tipo perteneciente al pecio con la que comparar». Sí consideraron «altamente improbable» que el mineral aparecido en la playa pudiera proceder de los acopios de El Musel, «porque los análisis granulométricos indican que estos sedimentos se han ido removilizando y, además, parte de la muestra son gravas redondeadas, que no aparecen en un acúmulo o en una tolva».

No es necesario limpiarlo

Los geólogos destacaron, en cualquier caso, que el carbón de San Lorenzo es «un residuo inerte que no causa ningún daño» más allá del impacto visual. En este sentido, señalaron que igual que en febrero dieron unas pautas de limpieza «hoy no lo haríamos y recomendaríamos que no se toque, porque al llevárnoslo podríamos perder también arena. Este carbón está distribuido por capas bajo la playa y, cuando aparece una, al tiempo la cubre otra de sedimento limpio».

La propia alcaldesa, Carmen Moriyón, añadió que los biólogos del servicio municipal de Medio Ambiente advierten de que, si bien en su momento la llegada de carbón procedente del hundimiento del 'Castillo de Salas' «fue una catástrofe», ahora tiene su propio «ecosistema». Anunció, de hecho, que a finales de mes se presentará un documental sobre la fauna marina de la costa de Gijón en el que se podrá ver «qué tipo de vida existe en el propio pecio», cuyas bodegas ya están vacías.

Sobre la falta de resultados concluyentes en los análisis, indicó que «el Ayuntamiento está cumpliendo con su obligación, que es indagar con todos los medios a su alcance sobre el origen del carbón, basándonos en informes técnicos. Y si nos dicen que no representa ningún peligro ambiental, lo que tendremos que ver es cómo gestionamos que en marzo o junio los turistas vean la playa negra cuando vienen. Tendremos que saber contarles con rigor nuestra historia y las consecuencias de que se hundieran 100.000 toneladas de carbón frente a la costa.

En lo que respecta al volumen de arena de San Lorenzo, los geólogos indicaron que pese a que la superficie de arena seca se ha reducido, en la zona intermareal se ha ganado sedimento, generando un gran bancal en la zona que durante la bajamar queda más próxima a la primera línea de ola. Entre mayo y octubre, la playa ganó en su conjunto 38.002 metros cúbicos de arena. Con respecto a su distribución, señalaron que varía de forma natural, algo que ilustraron con imágenes de diferentes décadas en las que se aprecian configuraciones similares a las de los últimos meses.

Carmen Moriyón explicó que los estudios realizados desde 2014 se remitirán a la Demarcación de Costas, «para que diga como autoridad competente si hay que hacer algo o no para ganar superficie seca, aunque parece que los expertos se inclinan porque las playas no se manipulen».

Entre los consejos, incluyeron seguir con la monitorización de la playa mediante controles topográficos y batimétricos, concienciar a la gente para que se limpie la arena pegada al cuerpo antes de dejar la playa, estudiar una nueva configuración de los rompeolas del muro y el traslado al paseo de la caseta de Salvamento.

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