La alcaldesa apuesta por un gran proyecto en Naval Gijón y emplaza al Puerto a colaborar

Moriyón dejó claro que concibe el desarrollo urbanístico de los 60.036 metros cuadrados de la fachada marítima de El Natahoyo para parque empresarial de industrias limpias vinculadas a la economía azul, campus del mar y zona lúdico-deportiva como el proyecto estrella del mandato que acaba de comenzar y como el «germen» de la ciudad del futuro. «Esa misma zona oeste que tiró de aquel Gijón industrial está en el momento y las condiciones de iniciar una transformación que, planteada como un pilar para el avance posterior, permita generar un polo económico y un motor social del que se beneficien no solo los barrios colindantes, sino todo el municipio y también la región», enfatizó.

Interpelando a los responsables del Puerto gijonés, les recordó los efectos transformadores para la trama urbana de Jove tras la compra municipal en 2017 de Quinta La Vega para su uso como vivero de empresas. «Fue este proyecto de Quinta La Vega, concebido en su día como una pequeña muestra de potencial de futuro, lo que nos hace ahora pensar que la transformación de Gijón, desde este lado de la playa de El Arbeyal hasta la playa de Poniente conectada con San Lorenzo, es más que posible; es necesaria», expresó.

La alcaldesa avanzó que el desarrollo de los terrenos de Naval Gijón requerirá de varias fases. Y la hoja de ruta trazada por el gobierno incluye, según explicó, en primer lugar, sentarse a negociar por los terrenos actualmente propiedad de Pymar (20.537 metros cuadrados). Aseguró que para esta parcela ya cuenta con un primer inversor interesado, el Bioparc Acuario de Gijón, que entiende ese espacio como el lugar propicio para la expansión de sus instalaciones, una ampliación que el gobierno local quiere que sirva de entidad motora del conjunto. A partir de ahí expuso que espera «una postura abierta de la Autoridad Portuaria a la hora de definir el futuro de los casi 40.000 metros cuadrados restantes y que son de su propiedad».

La regidora, que se reunirá con los responsables del Puerto a finales de este mes, remarcó que el espacio que ocupan los terrenos de propiedad portuaria «sería suficiente para combinar la recuperación de esa parte de la fachada marítima y la introducción de usos productivos siempre vinculados a la industria azul, especialmente a las industrias compatibles con el uso residencial y que se beneficien de estar próximas a la lámina de agua». Dejó claro en cualquier caso que el gobierno local que encabeza se opondrá a una tercera salida a subasta de la parcela portuaria de Naval Gijón para amortizar deuda de las obras de ampliación. «Como alcaldesa de Gijón le digo al Puerto que los gijoneses, representados por un gobierno sólido y comprometido, no van a entender que después de todo lo que la ciudad le ha dado a su Puerto, éste no tenga la deferencia de pensar en el conjunto», subrayó.

«Después de muchos trenes perdidos, Gijón afronta estos cuatro años una oportunidad, quizás la última, de reengancharse al futuro», expresó. «Gijón está ante su momento, el momento de ser valientes, anular las individualidades y remar como ciudad en una única dirección: la de modernizarse o morir. Todo lo que suponga aportar en esa dirección, será recibido con los brazos abiertos por parte de este gobierno. El resto de intenciones, nos encontrarán enfrente», sentenció la regidora.

Durante el turno posterior de preguntas que siguió a su ponencia, Moriyón abundó en su encendida defensa de su Plan Azul para Naval Gijón y volvió a dirigirse «desde el respeto» a la entidad que preside Laureano Lourido para pedirle que aparque su pretensión de sacar a subasta el próximo año por 5,2 millones su parcela. «Es hora de que el Puerto dé señales de que también quiere a Gijón», insistió, al tiempo que recordó a los responsables de El Musel que con todo lo bueno que genera para la ciudad su actividad también trae «impactos negativos». Por ese motivo pidió «compensar» a la ciudad para completar la regeneración de la fachada marítima occidental iniciada en la década de los noventa del pasado siglo, con Vicente Álvarez Areces de alcalde, que permitió transformar la zona con las playas de Poniente y de El Arbeyal.

También sacó a colación el ejemplo de colaboración en Bilbao en los tiempos que se construyó el Guggenheim y se hizo una desafectación de suelo público de 100.000 metros cuadrados para esa operación. «Somos muy claros en lo que pedimos al Puerto y cómo queremos hacerlo», añadió.

Defendió que la lucha que va a emprender para activar la transformación del antiguo astillero «no es un capricho, sino que se trata del proyecto de la ciudad quizás más legitimado por el conjunto de la ciudadanía». Recordó en ese sentido que emana de un acuerdo amplio que es el que se refleja en el Plan General de Ordenación (PGO) vigente, y que se recoge en una ficha urbanística que ordena estos terrenos y que ha quedado consolidada tras las sentencias judiciales firmes contra el recurso de Pymar.

La única reacción al contundente envite de Moriyón fue una escueta frase de Nicanor Fernández, responsable de comunicación del Puerto, que estuvo presente en la jornada del Hotel Abba Playa : «La hemos escuchado con respeto y máxima atención».