Borrar
González Villa lee EL COMERCIO en el quiosco sentenciado de los Jardines de la Reina. CAROLINA SANTOS
«Me echan por un carril bici»

«Me echan por un carril bici»

El quiosquero Ignacio González asegura que el Puerto no le da opción a seguir en los Jardines de la Reina tras su reforma

MARCOS MORO

Viernes, 8 de febrero 2019, 01:55

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

«Me echan a mí y al empleado que tengo por un carril bici. No soy arquitecto, pero esa obra no es la de una autopista y se podría mover unos metros para ser compatible con el quiosco, pero ni el Puerto ni la concesionaria del local nos han dado ninguna opción». Quien así se lamenta es Ignacio González Villa, el quiosquero de los Jardines de la Reina, pues desde el pasado septiembre sabe que el establecimiento, con presencia ininterrumpida en el lugar desde 1922, está sentenciado. «Me quedo en la calle sin paro por ser autónomo y con dos niñas pequeñas a mi cargo», apostilla.

Según explica, la Autoridad Portuaria considera que el quiosco ha quedado obsoleto -la versión actual con elementos metálicos desmontables data de los años 70 del pasado siglo-, no reúne las condiciones higiénicas y «no tiene encaje» en el proyecto de remodelación integral que acometerá en este emblemático espacio público de su competencia en los próximos meses. «Me ofrecí a remodelarlo, pero la respuesta de la dirección de Dominio Público del Puerto fue que si se instala otro quiosco en la zona su idea era que fuera junto a 'El árbol de la sidra' o en un espigón y sacándolo en subasta pública con un precio de licitación entre 25.000 y 30.000 euros».

González Villa gestiona desde hace casi 20 años el pequeño quiosco entre palmeras con contrato de subarriendo que caduca el 31 de marzo. Anteriormente trabajaron en el mismo régimen su padre y su tío. Todas las obras que se han hecho en el local han corrido de su bolsillo, como una reciente en la cubierta para que no entrase el agua de lluvia a chorros dentro. Paga en este momento alrededor de 300 euros al mes entre alquiler y canon a la familia que tiene la concesión portuaria del local de siete metros cuadrados desde hace más de 96 años. Una familia que el pasado otoño renunció de forma voluntaria a dicha concesión, pese a que expiraba en 2027.

Desde que Puerto y familia concesionaria acordaron rescindir la concesión, las presiones y avisos por carta para que abandone el quiosco y entregue las llaves han sido continuos. A finales de enero, sin ir más lejos, la Policía Portuaria le sancionó con 400 euros por ocupación de superficie no autorizada.

«Indignación de los clientes»

El quiosquero, que vende en invierno un centenar de ejemplares de EL COMERCIO diarios, asegura que los clientes, que «son como de la familia», están indignados con la desaparición del negocio. La historia se repite para Ignacio González. Hace justo una década su familia tuvo que desalojar, en aquella ocasión por orden municipal, el quiosco de la plaza del Carmen ubicado en la calle Teruel junto a la joyería Roibás. Lo regentaba su madre María del Carmen Villa.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios