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O. ESTEBAN
GIJÓN.
Miércoles, 11 de septiembre 2019, 00:46
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«Había vivido cuatro suicidios en mi entorno. Y cuando tuve un momento de crisis aguda, una de las cosas que me tiró para atrás fue recordar el desgarro y la tristeza que a mí me había producido dejar de estar con aquella gente a la que yo tanto quería. ¡Qué barbaridad hubiera cometido! ¡Qué terrible error posarse en la estación!». Chus Pedro puso ayer palabras en primera persona para hablar del suicidio. Y aún fue más allá, y habló de su «suicidio pasivo», refiriéndose a conductas que buscan la «autodestrucción». Así, se comprometió a «intentar dejar de fumar y beber menos». Fue Chus Pedro el mejor ejemplo del lema que este año utiliza el Teléfono de la Esperanza en la celebración del Día de Prevención del Suicidio: 'Todos somos vulnerables'. «Es algo que nos iguala a todos los seres humanos. Todos lo somos. Todos podemos serlos por un duelo, una pérdida de empleo, una ruptura sentimental... Todos podemos llegar a pensar en algún momento que no tenemos ganas de vivir». Así lo explicó María José Pablos, responsable del Teléfono de la Esperanza en Gijón, que durante ayer y hoy ha organizado unas jornadas sobre el tema en el Centro Municipal de La Arena. Ayer, en la inauguración, hizo Chus Pedro su confesión, ante la atenta mirada de Pablos; Sara Lolo, la capitana del Telecable Hockey, y la propia alcaldesa de Gijón, Ana González.
El Teléfono recibió el año pasado 7.500 llamadas en Asturias. 160 fueron por crisis de suicidio. «El porcentaje es pequeño, pero imagináos esta sala llena de gente», explicó Rosa de Arquer. 160 personas que llamaron diciendo «ya no puedo más». Porque esa frase, dice De Arquer, suele ser «la primera alarma». Y ante eso hay que evitar el «qué dices hombre, con todo lo que tienes...». Muy al contrario, hay que hacer una cosa básicas: escuchar. Y luego, acompañar.
Según explicó Pablos, se ha demostrado que «solo con poner palabras al dolor, éste se alivia». Así que romper el silencio y hablar, y sentirse escuchado, es el primer paso. Por ello, los voluntarios del Teléfono de la Esperanza reciben una formación específica sobre este asunto, para saber reaccionar ante esas llamadas.
Como la prevención es lo más importante, las jornadas incluyen la exposición 'Estrategias para vivir mejor, en 16 pasos'. 16 paneles son consejos, por ejemplo, sobre '¿Cómo hacer frente alas preocupaciones?' o 'Aprender a organizar sus actividades' o a 'Controlar la irritabilidad'. Se puede visitar en el Centro Municipal de La Arena todavía hoy, de 11 a 14 horas y de 17 a 20. El recorrido está planteado como una especie de ITV, una 'Inspección de Tácticas Vitales'. Revisión que acaba dando a los pedales. «Súbete a una de nuestras bicicletas estáticas y pedalea diez minutos. Realizarás el mismo consumo calórico que se hace al escuchar atentamente a una persona durante una hora». Una forma testimonial de sumarse «a los deseos de muchas personas por un mundo más solidario que ayude a reducir el sufrimiento».
Una manera de hacer un Gijón mejor, recalcó la alcaldesa, un objetivo en el que coinciden su cargo y el Teléfono de la Esperanza. González habló de la «vulnerabilidad» de los seres humanos, de la importancia de «tejer redes de confianza», de la «pérdida colectiva» que supone un suicidio, y del dolor que le causa pensar en el sufrimiento que han pasado quienes han decidido acabar con su vida. Por su parte, Sara Lolo habló de la importancia del deporte en la salud mental, de cómo ayuda a sentirse mejor y tener una mayor autoestima.
Esta tarde, a las siete, tendrá lugar una mesa redonda con el mismo título 'Yo también soy vulnerable', en la que participarán Silvia Menéndez, bombera y psicólogo; el médico Daniel Eichelbaum; la psicóloga Ladis García y María José Pablos.
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