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P. L.
GIJÓN.
Domingo, 31 de diciembre 2017, 01:20
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«A ver si antes de verano recupero la trenca». Sara García se tomaba ayer con humor el hecho de no poder recuperar esta prenda que llevó hace varios días a una tintorería situada en el número 142 de la calle Ezcurdia. Ella es una de las decenas de afectados por el repentino cierre de este establecimiento, que ha dejado a su clientela sin la ropa que habían confiado a su propietario para ser lavada y planchada. Desde el miércoles, no hay actividad en su interior. García se presentó ante la puerta de esta tintorería del barrio de La Arena para comprobar si el dueño había abierto o, al menos, colocado un cartel para informar de los motivos del cierre. Había hecho lo mismo el día anterior. La trenca pertenece a su hijo, que esperaba vestirla esta noche encima del traje. «Al principio, pensé que le había pasado algo al propietario, pero no hay ningún letrero avisando de enfermedad», apuntó.
En la puerta de la tintorería coincidió con Regino Alcantarilla. El martes por la tarde, llevó «una cazadora y una chaqueta de lana de Hugo Boss». Ayer intentaba en vano que le respondieran en el número de teléfono habilitado para los servicios a domicilio. «Solo espero que las prendas no desaparezcan», señaló. Las circunstancias que rodean el cierre de la tintorería son misteriosas. «La empleada vino hace tres días y no pudo abrir la puerta porque habían cambiado la cerradura», explicó el gerente de un negocio próximo. Los clientes exigen una explicación y sus prendas.
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