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La asamblea de vecinos de Cimavilla sirvió para poner en común las ideas propuestas. CAROLINA SANTOS
Cimavilla reclama la reordenación del tráfico y la conservación de edificios deshabitados

Cimavilla reclama la reordenación del tráfico y la conservación de edificios deshabitados

Los vecinos plantean una línea circular de transporte público, garantizar los accesos al barrio y un plan para mantener la calzada y el mobiliario urbano

MARCO MENÉNDEZ

GIJÓN.

Martes, 30 de abril 2019, 02:57

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La Asociación de Vecinos Gigia, de Cimavilla, está decidida a mejorar la calidad de vida de los habitantes del barrio y reclama un plan de actuación integral a partir de una propuesta inicial que se denomina #Cimavillaexiste y que ayer fue presentada en una asamblea. En realidad, se trata de un taller participativo que tiene como punto de partida las reivindicaciones históricas del barrio y que está abierto a la aportación de los vecinos.

Un aspecto que tiene en cuenta este colectivo es la singularidad de Cimavilla como barrio histórico declarado Bien de Interés Cultural, por lo que considera que «requiere de un tratamiento especial de protección de su identidad». Eso sí, el elemento fundamental es «respetar la vida cotidiana de sus habitantes».

Uno de los problemas más importantes que advierten los vecinos es el de la movilidad y la accesibilidad, ya que el barrio se ve a menudo afectado por cortes de tráfico. Garantizar la entrada y salida a la zona, así como facilitar la llegada de los servicios de emergencia son algunas de las reivindicaciones en este sentido, pero también regular la carga y descarga de mercancías, mejorar los aparcamientos para residentes, implantar el transporte público, reubicar las terrazas, eliminar los adoquines de la calzada y actuaciones que mejoren la seguridad vial, debido a la estrechez de las calles, y pacifiquen el tráfico.

Tienen claras sus primeras propuestas. Pasan por permitir el acceso directo a Cimavilla desde la calle Cabrales, reubicando el carril-bici que deja un solo carril en el tramo entre Domínguez Gil y Ventura Álvarez Sala, conservando las salidas existentes. Pero también reclaman un plan de emergencias específico para el barrio que garantice los accesos de los servicios de emergencia. Otra petición pasa por la creación de una línea circular de transporte público usando minibuses ecológicos que conecten el barrio con zonas del centro como la estación de ferrocarril, el Carmen, la plaza de Europa o Begoña. Eso permitiría una conexión intermodal para los vecinos.

Otros planteamientos son no perder plazas de estacionamiento, limitar la velocidad con medios físicos, cambiar el pavimento por otro con menor impacto, la semipeatonalización de la plaza de Arturo Arias, la reorganización total del tráfico en el barrio, plataforma única en las calles donde el ancho de acera sea insuficiente y establecer un horario de carga y descarga.

Vandalismo

El estado de los edificios de Cimavilla también inquieta a Gigia, por lo que la asociación considera que las administraciones deben aunar esfuerzos en materia de mantenimiento y conservación del barrio histórico gijonés. Según sus datos, existen una veintena de edificios deshabitados que presentan malas condiciones, por lo que reclama «un control más exhaustivo de las distintas propiedades y el estado de las mismas». Resulta que muchas de ellas pertenecen a la empresa pública Vipasa, por lo que Gigia plantea su renovación para que puedan albergar a nuevas familias o a personas necesitadas.

Dentro del apartado urbanístico, la asociación también habla de acciones contra el vandalismo en los inmuebles, pues sufren pintadas no solo en paredes, sino también en ventanas, puertas y escaparates. Además, los servicios de limpieza las tapan con pintura de diferente color al original. Es por ello por lo que reclama que se respeten las normas en este barrio protegido. Además, también presentan mal estado aceras y calzadas, con zonas hundidas y necesidad de bajantes en pasos de peatones. Igualmente, advierten de la urgencia de mantenimiento en todo el mobiliario urbano.

También solicitan la mejora del sistema de recogida de basura, debido a la dificultad para ubicar los contenedores, la acumulación de residuos y los malos olores.

En Cimavilla tiene especial importancia el colegio Honesto Batalón, que ya cuenta con un centenar de alumnos y se ha quedado pequeño. Por ello, la asociación vecinal plantea la recuperación de la escuela infantil Los Pelayinos con el fin de ganar suficiente espacio, pero la comunidad educativa no renuncia a otras reivindicaciones, como una pista cubierta para los alumnos y un techo para la zona del recreo.

Dentro del plan integral de los vecinos, incluyen el futuro de Tabacalera, cuyo plan de usos habrá de ser definido por la próxima corporación. Eso sí, piden que se tengan en cuenta los procesos participativos habidos hasta ahora. También la Casa del Chino, centro socio cultural del barrio, es objeto de la atención de la asociación, que reclama labores de mantenimiento, debido a «varias carencias que presentan sus instalaciones».

Pero otra seña de identidad del Barrio Alto son sus fiestas. Gigia no quiere renunciar a ellas y reclama «un modelo de viabilidad económica que no suponga un riesgo personal para las personas que las organizan». Por ello, pide que se pueda acceder a patrocinios, así como espacio donde trabajar y almacenar su material, y colaboración por parte de las administración para garantizar el futuro de los festejos.

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