Borrar
Andando por no haber tranvías. Viñeta cómica de EL COMERCIO.
1922. Hace 100 años.

En el coche de San Fernando

La suspensión total del servicio de tranvías a causa del incendio en la Central de Teléfonos Urbanos hizo necesario tener que ir... andando

Sábado, 11 de junio 2022, 01:00

Comenta

Los antepasados de los gijoneses de hace un siglo andaban todo el rato «y no se incomodaban». Se sorprende uno de los personajes de la tira cómica que tal día como hoy, pero de 1922, se publicó en la portada de EL COMERCIO. Humor aparte, la circunstancia era grave: la empresa de tranvías había decidido, de golpe y porrazo, suspender todos sus servicios, despidiendo al personal. ¿La causa? Una tan dramática como lo era la consecuencia, y que recordarán nuestros lectores: el incendio, días atrás, que había destruido la Central de Teléfonos Urbanos. Sucedía que los hilos telefónicos, ahora inhabilitados por razones obvias, circulaban por encima de los del tranvía, y corrían pelig ro de caerse sobre estos.

Y nadie hacía nada. Cuando todo ocurrió, «hubo de ser suspendido el servicio de tranvías al Musel y al Llano, y en el trozo de Gijón a los Campos Elíseos», pero todo parecía temporal, al menos hasta que se quitasen los hilos telefónicos. Sin embargo, la Compañia de Teléfonos no dispuso de efectivos para ello. Los cables ahí seguían, «y de ahí la actitud adoptada por la sociedad tranviaria de suprimir todo el servicio, pues dice que, restringido indefinidamente en esa forma, se lesionan sus intereses de un modo irregular».

Cables peligrosos

Así que la cosa era cuestión de un pulso entre la compañía y el Ayuntamiento. José Luis Alvargonzález, a la sazón ingeniero de la segunda parte en lid, consultó oficialmente si la Alcaldía «persistía en el criterio de no permitir la circulación completa de los trancías en las tres líneas de servicio, sin que la empresa enviara un oficio, eximiendo al alcalde de toda responsabilidad en las desgracias que pudieran registrarse por falta de red protectora en los cables de conducción de la energía eléctrica».

El ingeniero municipal no quería hacerse cargo del asunto; la compañía telefónica tampoco; los de los tranvías, menos, y, al final, todo redundó... en lo de siempre: que, mientras el rifirrafe se resolvía y mientras que no, los gijoneses de pro tuvieron que hacer uso del coche de San Fernando. Ya saben: un ratito a pie... y otro caminando. Como toda la vida.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio En el coche de San Fernando

En el coche de San Fernando