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Muchos achuchones y abrazos. Así fue la emotiva despedida a los alumnos del colegio Rey Pelayo de Gijón, que tras dos años y un mes del hundimiento del suelo de un aula de Educación Infantil, se despiden de El Llano y La Escuelona. Ambos centros les acogieron y ofrecieron parte de su espacio cuando su centro tuvo que cerrar tras el derrumbe.
Daniela Fernández, alumna de tercero del colegio El Llano, no podía parar de llorar. «No quiero que se vayan, les quiero mucho», confesó mientras se abrazaba a una compañera. No pudo contener las lágrimas durante el pregón que dieron los alumnos del Rey Pelayo al finalizar el recreo. «Nos vamos con pena, dejando aquí muchos amigos y amigas, por eso dejamos bien claro que esto no es una despedida, es un hasta luego», dijeron en el patio del centro escolar.
Al acabar el discurso, fueron los alumnos del centro Rey Pelayo los primeros en subir a las clases, durante el tiempo que han ocupado las aulas de El Llano eran los últimos en la fila tras el recreo. Mientras subían fueron arropados por los aplausos de sus ya amigos de El Llano.
«Somos nosotros quienes tenemos que aplaudirles a ellos porque nos han dejado estar un gran tiempo en su escuela», decía Lina Pubara, alumna de cuarto del Rey Pelayo. A su compañero Sebastián Castillo le dolía el hombro de «todos los abrazos» que le había dado a sus amigos de El Llano. Aunque estaba muy feliz. «Por fin vamos a volver a nuestro colegio, es un sueño hecho realidad». Ana Sofía Rodríguez le apoyaba. «Hemos esperado mucho tiempo, pero no me voy a olvidar de las amigas que tengo aquí y que me han apoyado mucho», prometió.
En La Escuelona, los alumnos que acogieron a primero, segundo e infantil del Rey Pelayo les aplaudieron al salir al patio. También les regalaron dibujos y corazones con mensajes para que no se olviden de ellos tras su marcha. Asimismo, la directora de La Escuelona, Veronica Rodríguez, recordó la importancia «del mantenimiento en los centros escolares» y apuntó que lo sucedido en el Rey Pelayo «nos podría haber pasado a cualquiera». Por eso no dudaron en tender su mano a los alumnos y profesores cuando más lo necesitaron.
Este jueves, dos años después de lo acontecido, las aulas del 'Reype' volverán por fin a llenarse.
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