Mario Vigil | Presidente Club Hípico Astur (Chas)

«O convertimos Gijón en la referencia hípica del norte o lo hará Oviedo»

–¿En qué situación está la hípica en Gijón? ¿Tiene futuro?

–Por supuesto que lo tiene, y lo que estamos tratando es de involucrar al Ayuntamiento, y más concretamente al Patronato Deportivo Municipal, en convertir Gijón en una ciudad de referencia para este deporte.

–Cuénteme

–Queremos que Gijón sea el epicentro de una ruta veraniega de competición en el norte de España. En verano con nuestra temperatura los caballos saltan mejor y tenemos una oportunidad en junio, julio, agosto y septiembre para atraer la hípica europea. Pero para eso es fundamental el apoyo del Ayuntamiento.

–¿Y que le piden?

–Lo primero sería que saquen a gestión las cuadras que tienen en el complejo de Las Mestas, que son muy buenas y que son una pena que solo se usen durante el concurso internacional. A nosotros, por ejemplo, nos vendría muy bien tener un paso con esas cuadras que no suponga cortar el tráfico. Ganaríamos mucha competitividad.

–¿Y cómo van las negociaciones?

–La sintonía con el concejal de Deportes, Jorge Pañeda, es bastante buena. Creo que están por la labor. Nosotros estamos convencidos que este proyecto retornaría en Gijón de manera directa. Hablamos de que tendríamos capacidad para organizar competiciones que traerían a unos 500 caballos a Gijón. ¿Cuánto dinero supondría eso para la hostelería y los hoteles? La hípica sería un activo más para la ciudad.

–¿Corre peligro la viabilidad del Chas si esta ruta veraniega no se lleva a buen puerto?

–En absoluto. El Chas tiene solvencia, nos cuesta mantenerla pero la tiene. Lo que debemos tener claro es que o convertimos Gijón en una referencia hípica en el norte de España, o lo hará Oviedo, donde parece que el Ayuntamiento tiene claro que quiere reactivar el Asturcón. Queremos hacer ciudad. Y ojo, nosotros no pedimos dinero al Ayuntamiento, lo que pedimos es que pongan en marcha la utilización y aprovechamiento de los equipamientos hípicos de los cuales dispone.

–¿Querrían optar a la gestión de las cuadras de Las Mestas?

–No es nuestra intención, de verdad que no. Me parece más conveniente que entre en juego una empresa especializada. En este punto le debo insistir en que la disposición de Jorge Pañeda parece real.

–¿Cuántos socios tiene el Chas?

–Ahora mismo somos 547 entre titulares y familiares. Somos pocos, no lo voy a negar. Echar la vista a los primeros años del club da cierto vértigo. Antes éramos más de 1.500 socios. De los 547, 40 son de tiro olímpico y 20 de tiro con arco. Estamos abiertos a crecer, esa es nuestra idea.

–¿Y cuántos caballos tienen en sus instalaciones?

–En nuestras cuadras tenemos 150 caballos, de los cuales 29, entre caballos y ponis, son nuestros.

–Oiga, ¿y cuánto cuesta mantener un caballo en el Chas?

–Una cuadra en la nave vieja cuesta 180 euros, y en la nueva 290 euros. Esto es aproximado. A esto habría que sumarle el gasto del veterinario, el herrador, la paja, el heno...

–¿Y las cuentas de la entidad?

–Para este año tenemos presupuestados cerca de dos millones de euros. Es un club muy antiguo y hay que tener en cuenta que las inversiones son casi constantes. Hay muchas cosas que mejorar y otras tantas que arreglar.

–¿Y cómo han cerrado el año?

–El superávit ha sido de 10.000 euros. La verdad que es un verdadero milagro que cerremos cada año con superávit. Aquí solo podemos agradecer a los socios y el rigor de la empresa gestora.

–¿Qué tal funciona la escuela?

–Muy bien. Es una de nuestras grandes espadas. Todo está listo ya para el verano. La escuela es un generador de socios. Los cursillos son nuestro gran atractivo.

–¿Confía en que el Metropolitan acondicione la sede social?

–Las relaciones ahora mismo están tirantes. El contrato de cesión de la gestión de las zonas de ocio implicaba el arreglo de la sede social, pero ni lo han hecho ni parece que tengan intención. En unos días nos reuniremos.

–¿Hay riesgo de que se rompa el contrato?

–Es mucho decir, pero está claro que nos debemos sentar y deben ser coherentes con lo firmado. Queremos que se cumpla el contrato, que para eso se firmó. Falta seriedad.