Cumplir pasa por lograr en año y medio 360,2 millones de crédito

En la variante de Pajares el Ministerio de Fomento acumula un desembolso de 637,95 millones en los últimos seis años. El plan de vías asegura que en el mismo espacio de tiempo la ciudad concentrará más, con obras por valor de 814,02 millones. El avance en la variante está espoleado por el interés de los asturianos y leoneses (1,4 millones de electores entre ambas), es motivo de constantes preguntas en la Junta General, el Congreso y el Senado, y la Comisión Europea recaba informes anuales. Esa presión no ha impedido retrasos, pero da una idea de hasta qué punto una infraestructura de este calibre requiere de demandas que no acaban con la firma de un convenio.

El propio documento se basa en dos hipótesis. De un lado, que Fomento, a través de Adif, aporte una inversión de 454,82 millones en seis años, lo que arroja un promedio anual de 75,8. Las últimas cuentas cerradas de esta sociedad pública, las del año 2017, indican que desembolsó 395,9 millones en todo el país. Gijón tendría que hacerse con el 19% para cumplir el calendario. En los últimos tres ejercicios de los que hay cuentas Adif dejó su inversión en Asturias en 17 millones; la cuenta se queda en 180,8 si se añade el esfuerzo de Adif Alta Velocidad en la variante de Pajares.

La segunda condición es la de conseguir que un banco adelante los 360,2 millones restantes, y ahí todas las preferencias se centran en el Banco Europeo de Inversiones (BEI). «Durante el plazo de redacción del estudio informativo y previamente a la licitación de las obras que tienen que ser pagadas por Gijón al Norte, se negociará con el BEI, preferentemente, u otras entidades crediticias un préstamo o línea de crédito», recoge el documento. Eso supone persuadir a la institución antes de año y medio.

El BEI respalda proyectos que casen con las prioridades marcadas por la UE, entre las que se encuentra «el desarrollo de infraestructuras que permitan la mejor conectividad dentro de Europa» y una transición a una economía «baja en carbono, que sea respetuosa con le medio ambiente». Esos son los preceptos que hará valer el proyecto gijonés. Desde el BEI indican que el examen no tiene un plazo fijado para resolverse y que la maduración técnica exigida a cada proyecto varía. Sus técnicos acostumbran a visitar la zona para calibrar el efecto social y ambiental de la obra y ya conocen la región. Suministraron fondos para hacer el nuevo HUCA y, entre sus respaldos ferroviarios, están 550 millones facilitados a Feve desde 1989.