David Aguado y Félix Rodríguez, los policias locales de Gjión que rescataron a una mujer inconsciente de un incendio en Ceares. Damián Arienza

«Me decían que saliera de la vivienda, pero solo podía pensar en buscar a los niños»

Félix Rodríguez y David Aguado, los dos policías locales de Gijón que rescataron a una mujer en el incendio del pasado sábado en Ceares cuentan su experiencia

Martes, 4 de noviembre 2025, 15:37

Estos últimos días Félix Rodríguez y David Aguado no paran de recibir felicitaciones de familiares, amigos, compañeros e incluso de la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón. Los dos policías locales se han convertido en un ejemplo para el cuerpo de seguridad tras su heroica actuación en el incendio producido el pasado sábado en una vivienda en la calle Alegría, en Ceares, al rescatar a una mujer inconsciente y volver al domicilio, a pesar del humo, para comprobar que sus hijos no estaban en la casa.

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Todo empezó a través de un aviso del 092. Ambos estaban patrullando cerca del lugar, por lo que no tardaron en llegar. Allí se encontraron al vecino que había alertado a los servicios de emergencia informando de que se veía mucho humo en la vivienda del primero y había una mujer pidiendo auxilio. Fue Félix quien junto con el vecino subió primero, después lo hizo David, extintor en mano.

Sin perder tiempo, accedieron al patio interior donde se localizaba la ventana que daba a la vivienda. «No se veía absolutamente nada», dice Rodríguez. El humo había ennegrecido toda la estancia. Al ver que era de madera, sin pensárselo le dio una patada. Al abrir el espacio salió el humo pero aún así seguía sin verse nada, «era una nube muy espesa», recuerdan. A ciegas, los dos policías entraron y vieron lo que eran dos pies. Entre los dos cogieron el cuerpo de la mujer y la sacaron al patio.

Allí la estabilizaron. Aunque les llevó «algo de tiempo» puesto que no eran capaces a encontrar el pulso. Esos momentos de agonía pronto tuvieron un final feliz cuando consiguieron hallarlo. Pero la historia no había terminado. Otro de los vecinos del edificio les alertó de que podía haber niños dentro.

En ese momento, Rodríguez no pudo pensar en otra cosa. Colocaron a la mujer en posición de seguridad y Aguado siguió con ella para garantizar su buen estado. Mientras, Rodríguez volvió a entrar en la vivienda. «Como el foco estaba en la habitación de la ventana que rompimos, decido entrar por la puerta principal, por si hay menos humo», explica. Aunque no fue así.

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Con el humo invadiendo toda la casa, el policía tuvo que reptar por todas las estancias. En esos momentos recuerda una voz «que decía que saliera», pero Rodríguez no podía pensar en otra cosa «que no fueran los niños». Tras comprobar que no había nadie más, entonces sí, salió. Justo en ese momento, los bomberos entraban para sofocar el incendio. Asimismo, a escasos minutos llegaron los servicios sanitarios para atender a la mujer.

Pero, ¿que se piensa en esos momentos? «Directamente no lo haces. Hay que actuar», contestan. De hecho, «tampoco lo haces cuando te dicen que todo esta bien. Cuando más en frío lo piensas es cuando llegas a casa y ya ha pasado verdaderamente todo», añaden. Lo que sí que sigue retumbando en sus cabezas a día de hoy es lo que los bomberos les dijeron tras extinguir el incendio: «si llegamos a tardar unos minutos más, la chica no lo cuenta». Esa gratificación hace que hoy no puedan ocultar la sonrisa de oreja a oreja por el trabajo bien hecho.

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Rodríguez, con más de 21 años de servicio y Aguado con 15, destacan la complicidad, compenetración y confianza mutua como la clave del éxito en esta operación. Ambos llevan dos años en la misma unidad. «Sabes cómo actúa tu compañero y confías plenamente en él. Después de tantas horas juntos, ya es casi como de la familia», señalaron.

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