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Elisa Seijo es la responsable de la Unidad de Hospitalización infanto-juvenil del HUCA, de referencia para toda la región. E. C.
«El desarrollo mental de los menores sufrió carencias durante la pandemia»

«El desarrollo mental de los menores sufrió carencias durante la pandemia»

Elisa Seijo Zazo Presidenta de la Sociedad Asturiana de Psiquiatría ·

«Lo esperable es que los dispositivos comunitarios de atención especializada se vayan implantando en todas las áreas sanitarias para facilitar el acceso»

LAURA MAYORDOMO

GIJÓN.

Domingo, 11 de diciembre 2022, 01:37

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Elisa Seijo Zazo (Oviedo, 1976), doctora en Psiquiatría por la Universidad de Oviedo es desde 2013 responsable de la Unidad de Hospitalización Psiquiátrica Infanto-Juvenil del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). En esta entrevista, Seijo aboga por desestigmatizar «de una vez» los trastornos mentales y la psiquiatría y hacer ver que estos «son una parte fundamental de la salud». También plantea la necesidad de que áreas sanitarias como las de Gijón dispongan de unidades de atención especializada para menores, como la que funciona en Oviedo.

-Según la OMS, el 20% de los niños y adolescentes tienen trastornos o problemas de salud mental, pero ¿cuál es el porcentaje de casos con diagnóstico?

-En un informe de UNICEF publicado el año pasado, en lo referente a España se constataba que el 20,8% de los adolescentes de 10 a 19 años (el 21,4% de las niñas y el 20,4% de los niños) padece algún tipo de problema de salud mental diagnosticado.

-¿Hay más diagnósticos porque hay mayor concienciación?

-Sí, cada vez detectamos primero los problemas de salud mental porque hay una mayor implicación tanto de los profesionales como de los educadores, profesores y la sociedad en general.

-¿Qué consecuencias ha tenido la pandemia para niños y jóvenes? Se dice que han sido los grandes olvidados...

-Han visto cómo en los momentos de mayor cambio para la persona, la infancia y adolescencia, no tenían apenas marco de referencia ya que todos estábamos inmersos en una gran incertidumbre global. Eso hace que su desarrollo a nivel mental haya sufrido carencias que les hace más proclives a gestionar peor sus emociones y, por tanto, a desarrollar trastornos mentales en aquellos casos con vulnerabilidad. Los jóvenes encuentran dificultades para diferenciar lo que son problemas mentales de emociones normales ante situaciones adversas, como tristeza frente a una pérdida, ansiedad frente a un examen, o inquietud y frustración si no se logran los objetivos propuestos. Eso se magnifica además a través de las redes sociales, donde se fomenta una inmediatez imposible de gestionar en la realidad.

-¿Eso explica por qué se ha incrementado la demanda de atención especializada?

-El incremento exponencial en la demanda de atención especializada en salud mental de niños y adolescentes responde a varias razones. Hay mayor conciencia sobre la salud mental pero también es cierto que hay menos recursos, no sólo a nivel socioeconómico sino también de gestión emocional. Por un lado, la sociedad vende la necesidad de estar contento y feliz, una felicidad enlatada de frases fáciles; por otro, es cierto que las cifras de la OMS son rotundas.

-¿Tiene Asturias ahora mismo recursos suficientes para atender esa demanda?

-En 2021 quedó aprobada la especialidad de Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia y en el Principado se ha acreditado una de las veinte plazas ofertadas en esta primera convocatoria de la especialidad vía MIR. Esto es así porque la red de salud mental ha demostrado tener los suficientes recursos para poder formar un residente y para poder responder a la demanda de atención a la salud mental de nuestros niños y adolescentes. Dicho esto, es evidente que es necesario también un incremento en la dotación humana de los equipos asistenciales y el desarrollo de los dispositivos específicos que permitan hacer frente a este incremento de la demanda.

-Existe la sensación de que la atención es distinta en función del área sanitaria a la que se pertenezca. Por ejemplo, en la de Gijón no hay hospital de día ni unidad de hospitalización psiquiátrica infanto-juvenil. ¿Están aquí en desventaja?

-La atención a la salud mental en nuestra región se realiza a través de una red de dispositivos. Así, hay algunos recursos que están en todas las áreas sanitarias, como los centros de salud mental, y otros que son de referencia para toda la región, como la Unidad de Hospitalización infanto-juvenil, la Unidad de Hospitalización de trastornos de la conducta alimentaria o el Hospital de día infanto-juvenil, que están en Oviedo pero dan servicio a todas las áreas sanitarias. Lo esperable es que, a medio plazo, aquellos dispositivos comunitarios de atención especializada se vayan implantando en todas las áreas sanitarias para facilitar el acceso.

Suicidio en jóvenes

-Los expertos están alertando del incremento de tentativas de suicidio en jóvenes. ¿Es algo que están viendo en Asturias?

-Según el INE, en 2021 fue la segunda causa de muerte en jóvenes de entre 15 y 29 años. Catorce niños menores de 15 años se quitaron la vida en España en 2020. Es la mayor cifra de suicidios registrada en esta edad y duplica la de 2019. En Asturias, como en el resto del país, asistimos a un incremento de la demanda de atención, tanto general como urgente, y gran parte de esta demanda corresponde a la atención a la conducta suicida, tanto ideación como intención suicida.

-¿Algún consejo para mantener una correcta salud mental de niños y adolescentes?

-Educar a los niños en la identificación de emociones. Enseñarles a cuidarse tanto a nivel físico manteniendo el cuidado básico necesario -por ejemplo, no saltarse las horas de comida ni de descanso- como emocional. Instruirles en la auto observación de las propias emociones y facilitarles el pedir ayuda en cuanto se detecten signos de afectación a nivel emocional, como hacemos a nivel físico en cuanto sentimos alguna molestia.

-¿Cómo pueden padres, profesores o adultos detectar un problema de salud mental?

-El núcleo familiar es el mayor promotor del desarrollo personal del niño, tanto a nivel físico como a nivel psicológico y social. El papel de los educadores también es básico. En el desarrollo de los niños es muy importante una buena adaptación escolar y un clima que favorezca su crecimiento. En ambos contextos se insiste en la necesidad de mantener una comunicación fluida en ambas direcciones, es decir tanto del padre o educador hacia el niño, como al contrario. También es fundamental una coordinación entre familias, sistema educativo y sistema sanitario para ser capaces de reaccionar de manera conjunta.

-¿Qué supone en la práctica el reconocimiento de la especialidad de Psiquiatría de la Infancia y la Adolescencia?

-Uno de los propósitos es facilitar la detección e intervención temprana de trastornos mentales y del neurodesarrollo en los más pequeños para evitar, en medida de lo posible, su progresión a la etapa adulta. También reducir las complicaciones de los problemas de salud mental en estas edades, facilitando la integración familiar, social, educativa y laboral. Otro gran reto es ayudar a desestigmatizar de una vez los trastornos mentales y la psiquiatría, y a entender que son una parte fundamental de la salud

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