El desplome del tráfico reduce de forma desigual la contaminación del aire en Gijón
El Ayuntamiento confirma la merma del dióxido de nitrógeno, mientras el efecto es más limitado con las partículas tipo PM10
R. MUÑIZ
gijón.
Domingo, 19 de abril 2020, 01:11
Durante años, las administraciones pagaron estudios sobre cuánto ensucia el aire el tráfico y qué polución es industrial. La pandemia ha vaciado de coches las calles, dejando libre un escenario que el Ayuntamiento ha aprovechado para seguir profundizando en la cuestión. Ayer presentó una investigación que constata un desplome general en las concentraciones de dióxido de nitrógeno (NO2). En las micropartículas de tipo PM10 (inferiores a diez micras) observa una mejoría inferior, algo más acusada entre El Llano y el Polígono, y en la avenida de la Argentina. La evolución de este contaminante resulta, sin embargo, más condicionada por la meteorología y la actividad industrial.
La Concejalía de Medio Ambiente y Movilidad recopila los datos de un estudio que seguirá en próximas semanas. «El objetivo final» es disponer de evidencias «que avalen el impacto de las medidas de restricción de la movilidad» que el departamento madura. Desde el Consistorio, Principado, Gobierno central y UE se presiona para penalizar al coche en general, y a los más contaminantes en particular.
Los técnicos de Medio Ambiente se centraron en los datos de las seis estaciones de calidad del aire fijas, dejando al margen la móvil del Lauredal. En esta entrega, los registros van del 15 de marzo al 9 de abril y se confrontaron con los promedios anotados en 2017, 2018 y 2019.
La metodología es distinta a la que usó el Principado esta semana, cuando cotejó los datos de las primeras semanas de confinamiento con los de las semanas anteriores. En PM10 la consejería concluyó que había un descenso general del 30%.
Sistema más preciso
El Ayuntamiento baja más al detalle, mostrando cómo ha evolucionado el tráfico junto a cada estación, qué días llovió, en cuáles se produjo una intrusión de polvo sahariano, cuándo coincidía con una parada del sínter y cuándo del alto horno de Arcelor.
El resultado está lleno de matices. Este mes, por ejemplo, el descenso del tráfico supera el 80% en la zona este, mientras en la avenida de la Constitución y Argentina ronda el 70%. La diferencia parece ligada a que el estado de alarma no reduce ahora tanto el movimiento de camiones con el puerto y los polígonos.
Con todo, la falta de coches en zona urbana está reduciendo de un 51 a un 69% el NO2. Según el Ministerio para la Transición Ecológica, estos óxidos producen inflamación de las vías aéreas, afectan a órganos como el hígado o el bazo, y «propician a su vez infecciones pulmonares e insuficiencias respiratorias». La Organización Mundial de la Salud sostiene que «los síntomas de bronquitis en niños asmáticos aumentan» al exponerse al NO2.
En la segunda quincena de marzo, cinco de las seis estaciones del concejo presentaban PM10 entre un 9 y un 26% superior al trienio anterior. La caída del tráfico no compensó la presencia de polvo sahariano una semana y la polución industrial. Esos malos datos provocan que, aunque en abril la situación haya mejorado, en el cómputo del 15 de marzo al 9 del presente mes predominen los números rojos.
En la zona oeste, la estación de la avenida Argentina fue la única con menos micropartículas de las que suele en marzo. La parada del sínter A parece deprimir las concentraciones en toda la ciudad, pero coincidió también con días de lluvia.