«En el Día de las Fuerzas Armadas no hubo las acrobacias del Festival Aéreo»

–El Festival Aéreo cumple ya 18 años (en 2020 fue virtual), ¿esperaba que se convirtiera en un evento tan arraigado en la programación del verano gijonés?

–Siempre confías en construir algo de futuro, pero es cierto que casi sin darnos cuenta el de Gijón se ha convertido en el decano de los festivales aéreos de España. Es un orgullo para todos que se haya afianzado de esta forma.

–¿Cómo trabaja su equipo a lo largo del año para traer a Gijón las mejores aeronaves y a los mejores pilotos?

–Nosotros, exactamente, a la semana del festival ya comenzamos a trabajar en el siguiente. Pensando en la parrilla del año siguiente, reservando el espacio aéreo, haciendo instrucciones operativas, pidiendo los permisos pertinentes, reuniones codo con codo con la Agencia de Seguridad Aérea, el Ayuntamiento y el ejército... trabajamos en muchos frentes.

–¿Llevar 18 años en Gijón les obliga a redoblar esfuerzos para configurar la parrilla de aeronaves y pilotos?

–Es lo que intentamos. Es cierto que cada año el espectador está más formado. Mire, en Gijón, al llevar tanto tiempo, ya hemos visto que algunos jóvenes espectadores de las primeras ediciones hoy se han convertido en pilotos, controladores aéreos, mecánicos o personal militar. Todos los años en Gijón tenemos un caso así. Es tremendamente gratificante.

–¿Le preocupa que la reciente celebración del Día de las Fuerzas Armadas (DIFAS) reste público al festival?

–Hay que dejar claro que lo del DIFAS no fue un festival aéreo. Fue una exhibición, pero allí no se hicieron acrobacias, se hizo un desfile que no tiene nada que ver con el festival aéreo. En absoluto será lo mismo.

–No será lo mismo, además, porque en esta edición, por primera vez, sobrevolarán la ciudad las tres patrullas del Ejército del Aire (Águila, Papea y Aspa).

–Y hay que sumarle también la de honores, que aunque no es una unidad aérea, es una unidad demostradora y especialista en seguridad. Se despliegan, por ejemplo, con las visitas de los jefes de estado de otros países. Tienen características muy concretas. Hacen una demostración de su capacidad del manejo de los fusiles que a la gente le encanta. Es una de las programaciones más completas de las 18 ediciones.

–Parecen ya atenuadas las protestas y críticas por considerar al festival una exhibición bélica. ¿Llegó a temer por la continuidad del festival?

–Yo personalmente no. Estamos en una democracia, todo el mundo es libre de opinar. Así y todo, y viendo a la cantidad de público que reunimos cada año, parece claro que hay un porcentaje muy alto de gente a la que le gusta el festival aéreo.

–Dicen los detractores que el festival «va en contra de los valores de pacifismo, igualdad, feminismo, medioambiental y salud animal».

–No me pongo en la tesitura de rebatir los argumentos de la minoría. Los pilotos y las aeronaves tienen que volar sí o sí para estar entrenador y preparados, y por eso es preferible que el ciudadano pueda ver las capacidades de las que disponemos en nuestro país. Hay un nivel de vuelo en España muy alto que los ciudadanos tienen derecho a ver y disfrutar. Luego, claro, cuando queramos que los bomberos nos rescaten de manera adecuada, que las unidades aéreas militares hagan su trabajo con certeza y seguridad, o que nuestros campeones deportivos sean mundialmente conocidos por su calidad, pues tienen que estar preparados. No hay más vuelta de hoja.

–El piloto acróbata Juan Velarde vuelve a la parrilla del Festival... es una apuesta segura.

–Desde luego, su calidad y generosidad como piloto nos obliga a contar con él año tras año. Nos hemos dado cuenta de que la gente no se cansa de ver a Velarde. Tiene un papel en nuestra parrilla tan importante como el Eurofighter, o cualquiera de las patrullas del ejército del aire.

–Cuénteme alguna novedad de esta edición.

–Mire, viene Camilo Benito, que es otro gran piloto acrobático nacional. Asimismo, la Guardia Civil mostrará a los gijoneses su helicóptero y su avión, que son dos aeronaves que están constantemente en misiones nacionales, la Armada traerá también su helicóptero SH-60, y, por ejemplo, los ultraligeros de La Morgal.