Dos testigos declaran que el joven Eleazar «recibió golpes por todos los lados»
La familia del fallecido tras un altercado en El Molinón solicita que se condene a los vigilantes del estadio por un delito de homicidio doloso
P. SUÁREZ
GIJÓN.
Sábado, 11 de enero 2020, 00:54
Dos testigos declararon ayer en sede judicial haber presenciado en primera persona la supuesta agresión sufrida por Eleazar, el joven discapacitado que fallecía de un infarto el pasado mes de septiembre tras protagonizar un altercado en una de las puertas de El Molinón. Estas dos personas que, como la víctima, habían acudido a presenciar el partido de la Selección Española contra Islas Feroe, aseguraron ante el juez haber asistido a cómo «doce o trece personas» agarraban al joven y lo reducían a golpes. «Vieron cómo mi sobrino recibía golpes de todos los lados sin que él hubiese ofrecido resistencia alguna. Aseguran que le daban patadas que incluso se oían a metros de distancia», cuenta el tío de la víctima sobre el testimonio de unos testigos ajenos a la familia. «Son dos personas que llegaban tarde al partido y se encontraron con esa situación», explicaron.
La declaración de estos dos testigos es una de las principales bazas de la familia a la hora de demostrar que existió abuso de fuerza contra el joven Eleazar y que esto provocó la taquicardia que terminaría con su vida. Una teoría que se completa con el informe realizado por el Instituto Nacional de Toxicología, en el que se pone de manifiesto que la víctima no había ingerido bebidas alcohólicas u otras sustancias en los momentos previos al suceso. «A pesar de que algunos forajidos y criminales decían que Eleazar iba borracho o drogado, hemos demostrado que es mentira», afirmó ayer Marcos García Montes, abogado de la familia y encargado de llevar los resultados ante el juez. «Los análisis dieron positivo en Diazepam y medicamentos terapéuticos derivados que tomaba para su sistema nervioso depresor central», explicó Marcos García Montes, a cargo de la acusación y para quien los hechos ocurridos constituyen, «sin duda», un delito de homicidio doloso. «Era una persona, ademas de discapacitada, muy vulnerable, con la capacidad de reacción prácticamente anulada. Eso tenían que verlo los vigilantes», afirmó el letrado, quien pretende sentar en el banquillo de los acusados tanto al vigilante que propinó la presunta paliza, como a los compañeros que, aseguran los testigos, asistieron sin haber hecho nada por remediarlo, y para quienes también solicitará la imputación.
Nariz y rodillas
Además de los dos testigos propuestos por la familia, ayer declaró también en sede judicial el coordinador de la seguridad del estadio de El Molinón en el día del suceso, cuya versión ofreció ligeras variaciones respecto a la prestada en un primer momento a los agentes de policía. Mientras que en un primer momento el responsable de la seguridad habría afirmado que no se había producido agresión alguna, ayer, ante el magistrado que instruye el caso, este reconoció que la víctima tenía un corte en la nariz y golpes en las rodillas.
«Es imposible que diga que no hubo agresión y que a la vez reconozca que mi sobrino presentaba esos golpes», considera la familia, que sopesa denunciar a esta persona por falso testimonio. «Como testigo está obligado a decir la verdad», subrayan quienes se muestran «decepcionados» con el escaso apoyo que dicen haber recibido por parte de las instituciones relacionadas al caso. «Ni el Sporting ni el Ayuntamiento nos han apoyado ante una tragedia como esta. Independientemente de lo que haya sido y cómo se haya producido, la única realidad es que mi sobrino fue a un partido de fútbol y no lo volvimos a ver», afirma el tío de la víctima, quien reconoce que la familia está pasando por un momento complicado a raíz de la pérdida sufrida. «Son cinco meses sin él y no pasa un día sin que nos acordemos. Lo único que queremos ahora es que quien lo hizo pague por ello y que sirva como precedente para que no se ponga a cualquiera como vigilante», dice la familia, que se agarra a la esperanza de ver clarificados los hechos.
«Dentro de la tragedia es un día esperanzador. Solo queríamos que los testigos que estuvieron allí puedan decir lo que vieron. Tenemos derecho a saber qué pasó y por qué Eleazar ya no está con nosotros», insistían respecto a un proceso que se antepone largo y complejo.