La entrada de minerales en El Musel para Arcelor bajó este año a la mitad

Cuando comenzó la crisis sanitaria Arcelor decidió recortar su producción al mínimo, ante la notable bajada de pedidos por la caída del consumo. El pasado abril apagó el horno alto 'A', una instalación que se volvió a activar en septiembre, por un plazo limitado, debido a las obras de reforma de un horno alto en la fábrica de Gante (Bélgica). Con las plantas asturianas trabajando muy por debajo de su plena capacidad, el volumen de sus pedidos de mineral de hierro y carbón siderúrgico se ha recortado significativamente. Estas materias primas entran al puerto a través de la terminal de graneles sólidos de la EBHI, otra de las piezas del dominó a las que la covid-19 ha puesto en precario equilibrio.

En los once primeros meses del año, Arcelor importó a través de El Musel 4,1 millones de toneladas, cuando en el mismo periodo del año pasado había traído 6,8 millones de toneladas. Es decir, respecto a 2019 se ha producido una bajada del 40% en los tráficos vinculados a Arcelor de la EBHI. Y eso que el pasado ejercicio ya fue malo para la siderúrgica, que mantuvo buena parte de las instalaciones paradas durante largos periodos por obras, lo que también repercutió negativamente sobre la terminal granelera, que redujo su actividad respecto a años anteriores. La diferencia interanual en cuanto a la importación de materias primas es, sin haber terminado el año, de casi tres millones de toneladas (2,7).

Entre enero y noviembre de este año se trajeron apenas 0,8 millones de toneladas del carbón siderúrgico con el que se genera el coque, cuando a estas alturas de 2019 ya se habían superado los 1,5 millones de toneladas. En lo que respecta al mineral de hierro, el otro alimento de los altos hornos, también ha experimentado un notable descenso, al pasar de 5,3 millones de toneladas a 3,2.

El descenso en la producción, como es lógico, también se ha notado en las exportaciones de productos siderúrgicos terminados de ArcelorMittal, que salen de Asturias a través de los muelles comerciales. En este caso la pérdida es del 29%: de 584.871 toneladas se ha pasado a 414.428, es decir, 170.443 toneladas menos.

Entre 2015 y 2019, de media, pasaron anualmente por la EBHI 8,8 millones de toneladas de mineral de hierro y carbón siderúrgico, cifra imposible de igualar este año, pese a que la acería de Gijón ha retomado la actividad tras el cierre patronal. Para hacerlo, deberían descargarse en apenas un mes casi cinco millones de toneladas de materias primas, algo del todo improbable teniendo en cuenta también que la EBHI prevé concluir el año con 6,9 millones de toneladas, es decir, un incremento sobre las cifras actuales de apenas 0,8 millones de toneladas entre mineral de hierro, carbón térmico y carbón siderúrgico. Si en los tráficos de Arcelor se cumpliera el ritmo de importación medio mensual que ha habido este año, en diciembre no se superarán las 376.090 toneladas.

De mineral de hierro, que constituye el principal tráfico de la terminal de graneles sólidos (el siguiente en importancia es el carbón térmico, cuyas descargas pasaron de 2,5 a 1,9 millones de toneladas), se importan de media 6,2 millones de toneladas al año, frente a las 3,2 de los once primeros meses de 2020. En cuanto a carbón siderúrgico, si habitualmente pasaban por la EBHI 2,5 millones de toneladas de media, entre enero y noviembre se descargó un millón menos de toneladas: 1,5 millones en total.

De cumplirse la proyección, la EBHI cerrará el año con 4,5 millones de toneladas de minerales movidos para Arcelor: la peor cifra de los últimos seis años. En 2015 se alcanzaron los 8,9 millones de toneladas, al año siguiente fueron 8,5; en 2017, 9,2, cifra que se repitió al año siguiente. En total, en 2019 se movieron 8,1 millones de toneladas.

Siendo el puerto, y especialmente la EBHI, fuertemente dependiente de la actividad siderúrgica de Arcelor, la situación que atraviesa la empresa afecta -así ha ocurrido siempre- de manera decisiva al presente y el futuro de El Musel. Fuentes de la siderúrgica explicaron a EL COMERCIO que actualmente hay demasiadas incertidumbres como para prever el consumo de mineral de hierro y carbón siderúrgico que tendrá en 2021. La relación entre la EBHI y Arcelor está supeditada a la volatilidad en la demanda, la incertidumbre en torno a las instalaciones de productos largos que condiciona también la marcha de los hornos altos, los problemas en las baterías -que encarecen la producción- y la falta, por el momento, de una decisión definitiva sobre si el horno alto 'A' seguirá funcionando.

Mientras tanto, ante la bajada del 40% en los tráficos de graneles siderúrgicos derivada de la crisis de Arcelor y del 22% en el carbón térmico a causa del cierre de las centrales, la terminal de minerales atraviesa una situación extrema, con una pérdida total del 35% de sus tráficos -3,3 millones de toneladas menos- que afecta también a la parte social. La semana pasada se conoció que la empresa, que podría terminar el año con 8,4 millones de euros en pérdidas, ha planteado un ERE para despedir a 36 trabajadores y amortizar otros ocho puestos.