Secciones
Servicios
Destacamos
A. A.
GIJÓN.
Lunes, 25 de septiembre 2017, 01:02
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
Fermín Muñiz Costales llevaba a gala el haber 'traducido' al histórico lenguaje de la rotativa los escritos a mano de Francisco Carantoña, a quien siempre admiró («lo adoraba», resume su hija). Tanto el artículo de la página 3 como el Till de la última tenían como primer y privilegiado lector a Fermín, quien se inició como linotipista en la Imprenta Flores e ingresó en la plantilla de EL COMERCIO en los años setenta, donde permaneció ya hasta su jubilación. Ésta se produjo en 1996, poco después de la llegada de la informática, a la que aún tuvo tiempo de adaptarse. Ayer fallecía a los 84 años, dejando dos hijos, María Luz, trabajadora de EL COMERCIO, y José Ignacio, y llevándose consigo una larga estela de recuerdos de aquel periodismo primitivo, de los vasos de leche con los que combatían el plomo de la rotativa y del alterne en los alrededores del periódico, donde siempre se tomaba algo, ya de madrugada, al terminar la jornada.
Una vez jubilado, Fermín dio rienda a su afición por el monte y las caminatas, manteniendo intactas su ironía, sentido del humor y carácter parlanchín. El próximo martes, a las cinco de la tarde, en la iglesia de San Nicolás de Bari (El Coto), recibirá un cariñoso adiós.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Horarios e itinerarios de la Semana Santa de Cádiz 2024
La Voz de Cádiz
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.