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Guardia Civil y efectivos de Bomberos, en el lugar del accidente, donde ha fallecido el párroco de Turón, Enrique Álvarez. Jesús Manuel pardo

Trágica muerte del religioso Enrique Álvarez cuando acudía al funeral del párroco de Jove

El sacerdote gijonés, de 41 años y destinado en Turón, se salió de la calzada en la autovía minera y colisionó contra un árbol. El párroco de Pola de Lena vio el coche accidentado y avisó a los sacerdotes que habían acudido al funeral

MARCO MENÉNDEZ / ALEJANDRO FUENTE

GIJÓN / TURÓN. GIJÓN.

Sábado, 14 de enero 2023, 01:09

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El sacerdote gijonés Enrique Álvarez Moro, de 41 años y que ejercía el sacerdocio en Turón (Mieres), falleció ayer en un accidente de tráfico ocurrido en el kilómetro 15,9 de la autovía minera (AS-I), cuando se dirigía a Gijón para visitar a su familia en El Coto y posteriormente asistir al funeral del expárroco de Jove José Manuel Álvarez, fallecido el jueves, a los 65 años, víctima de un cáncer.

El desgraciado accidente ocurrió en el concejo de Siero, poco antes de llegar al cruce con la autovía A-64. Según indicó la Guardia Civil, el vehículo que conducía el sacerdote se salió de la vía e impactó contra un árbol, en torno a las dos menos cuarto de la tarde. Efectivos de Bomberos del Servicio de Emergencias del Principado con base en La Morgal se dirigieron al lugar del accidente y se encontraron con el conductor ya fallecido, por lo que tuvieron que excarcelar el cuerpo. Para ello, los bomberos tuvieron que estabilizar con cuerdas y una eslinga el vehículo para garantizar la seguridad de los efectivos.

Enrique Álvarez Moro, conocido como 'Quique' en su ámbito más cercano, había sido ordenado sacerdote en 2011 por el actual arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, quien explicó a EL COMERCIO que «había hecho una brillantísima licenciatura, en Roma, en Patrología (escritos de la antigüedad cristiana) y era profesor del Seminario y director de uno de los institutos teológicos». Las parroquias en las que fue destinado aquí en Asturias fueron las de Panes, Teverga y Turón.

El arzobispo apuntó que Álvarez Moro era un hombre «querídisimo en Turón». Los vecinos del valle minero mierense así lo atestiguan. «Era una persona muy implicada con el territorio, más allá de su labor sacerdotal». El vicealcalde del concejo, Manuel Ángel Álvarez, expresaba ayer el pésame del Ayuntamiento. «Nos consta que era un sacerdote muy cercano con los feligreses y participativo en la vida de la población; es una verdadera pena, porque era un joven entregado y que tenía toda una vida por delante».

«Todavía no lo creemos», dice Miguel del Campo, cura de la parroquia de San Juan Bautista de Mieres. «Éramos algo más que compañeros; coincidíamos en las reuniones de la diócesis y también en el seminario». Relataba que Álvarez Moro «era un joven muy inteligente y tenía uno de los mejores expedientes académicos». «Estamos rotos de dolor por lo sucedido», sentenció.

Poco antes del inicio del funeral por el eterno descanso de José Manuel Álvarez, 'El Peque', una terrible noticia conmocionó a la cuarentena de sacerdotes asturianos que se habían congregado en la parroquia de Santa Olaya. Era el fallecimiento en accidente de tráfico del párroco de Turón, Enrique Álvarez Moro, cuando se dirigía a Gijón. Es más, el párroco de Pola de Lena pasó por el lugar poco después del suceso y reconoció el vehículo. Se temió lo peor y, poco después, se confirmó el fatal desenlace.

Los sacerdotes se iban enterando de lo ocurrido a través de la web de EL COMERCIO, como reconoció el propio arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes. Nada más finalizar el funeral, explicó a este periódico que «parece que venía para acá, porque él es de Gijón. EL COMERCIO pone precisamente que fue en el entorno de El Berrón. No tengo más noticias. Mandé al vicario general (Jorge Juan Fernández) para que reconociera el cadáver y espero a que me informe».

El resto de sacerdotes no daba crédito a lo ocurrido. Además, se lamentaban de que se produjera esta fatal noticia justo en el momento en el que estaban despidiendo a otro de los suyos. Se da la circunstancia de que el domingo también falleció el carmelita Evelio Serna, a los 93 años.

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