Fallece Isabel Suárez, «una mujer de alegría desbordante»
Madre del presidente de la Cámara de Comercio, formaba parte de la archicofradía del Corazón de María
S. GARCÍA ANTÓN
GIJÓN.
Miércoles, 27 de octubre 2021, 00:38
Su alegría, sus ganas de ayudar y su carácter dejaron huella entre quienes la conocieron y que ayer lloraban su ausencia. María Isabel Suárez Viñuela falleció el lunes por la noche, en su domicilio, a los 92 años. Tuvo una vida larga y llena de cariño y afectos. De su marido, de quien enviudó demasiado pronto, a los 58 años; de sus hijos -tuvo cuatro, entre ellos Félix Baragaño, presidente de la Cámara de Comercio de Gijón-; de sus diez nietos y también de sus numerosos amigos y compañeras en la archicofradía del Corazón de María.
Nacida en Gijón, estudió en las Ursulinas y en la Asunción. También aprendió a tocar el piano, instrumento con el que seguía deleitando en las reuniones familiares. De firmes convicciones religiosas, no faltaba a la misa dominical en el Corazón de María, donde ahora acudía en su silla de ruedas, haciendo gala de una autonomía y ganas de salir adelante que sus achaques, propios de la edad, no frenaban.
El mismo lunes por la mañana tampoco había faltado a su cita diaria con Estudio Arte Parque; un grupo al que se había unido después de retomar la pintura en su 78 cumpleaños, cuando uno de los nietos propuso a la familia regalarle un caballete y material para pintar.
Desde entonces, María Isabel llenó la vida de sus familiares y amigos de arte, con cuadros en los que recreaba paisajes, marinas, bodegones... En su grupo de pintura, con el que participó en exposiciones, encontró compañeras que se convirtieron en amigas con las que se volcó en la creación artística. Ella había pintado de joven y recuperar esta afición le dio un nuevo impulso.
Era una mujer participativa y de «alegría desbordante», que disfrutó de «una vida plena», siempre acompañada por su familia. Su hijo Félix Baragaño, presidente de la Cámara de Comercio, la recordaba ayer así, como una mujer feliz, que contó con la «gran suerte» de tener siempre a su familia cerca.
El funeral, hoy en el Codema
La iglesia del Corazón de María, en la que tanto tiempo dedicó a ayudar a los demás, acogerá esta tarde, a las seis, su funeral.
El párroco Juan Lozano hablaba de ella ayer con cariño. «Siempre estaba de buen humor», decía, al tiempo que destacó la labor que desarrolló en la archicofradía del Corazón de María a favor de los más necesitados. En los últimos años, había tenido que dejar de participar al 100% en el día a día de este grupo, pero mantenía su vinculación ayudando en lo que podía.