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Los Pericones. La zona de la calle Carantoña se mantiene sin segar. ARNALDO GARCÍA
La frecuencia de siegas abre el debate entre vecinos y expertos

La frecuencia de siegas abre el debate entre vecinos y expertos

Insectos y flores. Los expertos, a favor de mantener zonas verdes de forma natural. Los afectados piden que se haga con control

MARCO MENÉNDEZ

Sábado, 6 de agosto 2022, 01:42

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El Ayuntamiento de Gijón ha puesto en marcha una experiencia piloto de reducción de siega para favorecer la biodiversidad. Es una técnica que tiene una fuerte raigambre en el Reino Unido y que se está extendiendo por toda Europa. Gijón cuenta con casi 3.000 kilómetros cuadrados de zonas de césped y pradera, y Emulsa segó el año pasado unos 51.100 kilómetros cuadrados de césped. Ahora, esa reducción de siega afecta a 33 parcelas municipales de 17 zonas verdes urbanas, para aumentar la biodiversidad e iniciar un cambio en el modelo de jardinería.

Rolando Rodríguez es biólogo de una Universidad de Exeter y asegura que «la idea me parece muy buena». Dice que dejar que la hierba se desarrolle en primavera y verano «favorece la biodiversidad. Es suficiente segar cualquier zona con hierba una o dos veces al año, y en primavera y verano no segar para que se puedan desarrollar los invertebrados». Explica que, aunque sea una zona de césped, «se va colonizando con plantas autóctonas hasta desarrollar un prado más complejo».

El también biólogo David Álvarez es igualmente partidario de esta técnica porque «la gente alucina con la cantidad de flores que tenemos y que nos pasan inadvertidas, y tienen una función de atrayente de los polinizadores». Añade que en Europa es muy frecuente hacer una siega menor «incluso en las márgenes de las carreteras». Es más, este biólogo, junto con Borja Jiménez-Alfaro, director científico del Jardín Botánico, han presentado una propuesta para hacer lo mismo en el campus universitario.

Jiménez-Alfaro dice que «es la tendencia más moderna. En lugar de tener un césped perfecto, dejar zonas sin cortar para favorecer la polinización». El caso es que Gijón lleva tiempo haciendo pruebas para «que haya más insectos y luego depredadores, lagartijas y aves. Es crear un entorno más sostenible». Pero remarca que «no se trata de quitar las siegas, es reducirlas en determinados momentos del año». Es más, asegura que «es un cambio de paradigma de cómo cuidamos los jardines».

Zonas de actuación

Los márgenes del río Pilón a su paso por el parque de Moreda; la rotonda de El Musel, las zonas del cerro de Santa Catalina; parte del parque de Los Pericones (junto a la Calle Francisco Carantoña) y el parque del Cabo San Lorenzo en La Providencia. También la Carretera Avilés, en la zona de Puente Seco-Veriña; camino Melón y la zona del Parque Porvenir a l altura de la avenida Campones, en Tremañes. Dolores Irraburi; el parque Concha Espina, la avenida de Las Maravillas y la de Oviedo en Nuevo Gijón; la pista de pump track de Puerto Vegarada, en el Polígono de Pumarín; las zonas verdes de la AS-377 y el Camino del cementerio en Los Pericones; las zonas del Parque Fluvial en Viesques; la plaza Roces, Alicia Concepción, César Maese Alonso y la plaza Braña en Nuevo Roces. También el área de Rosario Acuña.

Más crítico es Carlos Nores, profesor honorario de Zoología de la Universidad de Oviedo, pues «me parece que son cosas de cara a la galería». Que aumente la biodiversidad es, en su opinión, algo que «hay que comprobarlo». Defiende que en los jardines haya «especies propias de la ciudad» y alerta del «proceso de reasilvestramiento por el abandono del medio rural» que sufre Asturias. En su opinión, «queda muy bonito en el terreno ideal, pero no tiene sentido» y la iniciativa de Gijón «es ponerse a la avanzada de la moda».

Sí está a favor de esta medida el presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de la zona Urbana (FAV). Manuel Cañete asevera que «es positivo ver en distintas zonas las margaritas más allá de dos días y que la biodiversidad se pueda asentar». Eso sí, reclama que para el plan «control y cuidado para que las plantas no crezcan un metro».

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