«Los Fuegos han sido el mejor broche posible a una Semana Grande histórica
Todos los grupos municipales coinciden en elogiar la exhibición, y celebran el «ritmo y color» en una «buena y agradable» noche
Respiró tranquila. Siempre cuenta Carmen Moriyón que, como alcaldesa, vive con nervios la Noche de los Fuegos por el temor a que las nubes, el ... viento, la lluvia, o el propio espectáculo pirotécnico enturbien la noche más importante del verano. Pero todo salió a pedir de boca. «Hemos disfrutado de unos Fuegos a la altura de lo que la ciudad merece y que han sido el mejor broche posible a una Semana Grande histórica y brillante», manifestó la regidora al término del espectáculo.
«Si la gente está entusiasmada, la alcaldesa igual. Para mi gusto, el espectáculo pirotécnico lo tuvo todo: figuras impresionantes, un ritmo dinámico y una duración muy disfrutable», valoró la primera edil. Aunque oficialmente la Semana Grande concluyó ayer con la Danza Prima y el Restallón, el gobierno local esperará al término de este fin de semana –aún seguirá abierto el Paseo Gastro– para hacer el balance de la Semanona. Así y todo, «cada vez es más evidente que decir verano es una manera de decir Gijón», destaca.
«Pasión por las tradiciones»
Es también muy entusiasta la valoración de la Noche de los Fuegos de Ángela Pumariega, vicealcaldesa y concejala de Turismo, quien tildó de «emocionantes y maravillosos» los estallidos pirotécnicos. Además, para Pumariega, «la emoción y el entusiasmo en el ambiente hicieron de esta noche un evento inolvidable, demostrando la pasión de los gijoneses y los visitantes por sus tradiciones. Sin duda, fue una noche para recordar».
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«Es un momento espectacular y bellísimo»
La buena crítica es unánime en el Ayuntamiento. Apenas ha sucedido durante este primer año de mandato de Moriyón, pero, ayer, la oposición en bloque, aprobó, celebró y elogió el espectáculo pirotécnico. Floro, líder del grupo municipal del PSOE, quien considera los Fuegos «una seña de identidad de la ciudad que siempre es atractiva», aprovecha la buena crítica para incidir en «la capacidad que tiene Gijón de acoger en una noche a miles de personas y es ahí, en la gestión del turismo, donde debemos hacer especial incidencia en los próximos años».
Para Javier Suárez Llana, portavoz de Izquierda Unida en el Ayuntamiento, «el espectáculo tuvo ritmo y colorido». Le encuentra un pequeño pero, y es que «quizá la traca final no tuvo la intensidad o la duración que suele tener». Por su parte, Olaya Suárez, portavoz de Podemos, cree que «fueron unos fuegos bonitos, con mucho contenido. Hubieran sido redondos con un poco más de brisa que disipara el humo para que se viera todo desde cualquier punto de la ciudad, pero eso no se puede controlar».
E incluso Sara Álvarez Rouco, portavoz de Vox y exconcejala de Festejos expulsada del equipo de gobierno por su pretensión de renovar el Festival Internacional de Cine de Gijón (FICX), quien, además, desde entonces, mantiene un enfrentamiento directo con el equipo de gobierno, declaró que «vivimos otra vez un ambiente a la altura de las grandes ocasiones, con una expectación sobresaliente y gran éxito de afluencia. Otra gran noche de luces, colorido y música para gijoneses y visitantes, tal y como cabía esperar».
«Caos y colapso en el tráfico»
Los Fuegos desbravaron las críticas de la oposición a la Semana Grande, pero no por mucho tiempo. Izquierda Unida salió al paso también ayer para lamentar «el caos que hubo en la ciudad en materia de movilidad». Denuncia Llana que «EMTUSA dejó a gente tirada en las paradas, y el servicio Gijón Bici colapsó». Además, tacha de «despropósito» que los coches aparcasen en el 'solarón'. «Ha habido falta de planificación de la Concejalía de Tráfico y de la Policía Local», critica.
Aprobado con nota del público
Gustaron a gijoneses y turistas. Los Fuegos triunfaron, es un hecho. El halago es practicamente unánime. Se vieron, y bien, desde el Muro, Poniente, Arbeyal y La Providencia, enclaves de nuevo favoritos para ver el espectáculo. El ligero viento de nordeste –tan añorado este verano para bajar la temperatura superficial de la mar– despejó a la perfección la humareda de las explosiones pirotécnicas. Todo salió como Pirotecnia Zaragozana pretendía.
EL COMERCIO salió ayer a la calle, instantes antes de la Danza Prima, a preguntar a gijoneses y turistas por los Fuegos, y el espectáculo resultó aclamado local, nacional e internacionalmente. A Miguel Ríos, gijonés de La Calzada, le salió caro pasar varios videos a sus amigos del Erasmus: «Se quedaron alucinados. Ya me han dicho que el año que viene quieren venir». Tendrá que hacer hueco.
Gemma de las Fuentes es natural de barrio de Laviada, pero desde hace años vive en Nueva Zelanda. «Hubo mucho ritmo y color. Siempre volvemos para los Fuegos, y la verdad es que no tienen nada que envidiar a los de las grandes capitales del mundo», apuntó la gijonesa en la diáspora. Para el murciano Roberto Suárez fue «un gusto volver a la ciudad para los Fuegos». Con familia en la ciudad, Suárez refrenda cada verano su teoría de que «Gijón es de otro mundo». A su hermana, Cristina Suárez, la explosión de diez palmeras de manera simultánea fue «maravillosa desde La Escalerona».
«Mis amigos del Erasmus se quedaron alucinados, ya me han dicho que vienen el año próximo», cuenta Miguel Ríos
«Ambiente inigualable»
Yolanda Souto vio el espectáculo desde el Club de Regatas. «El ambiente volvió a ser espectacular, la Noche de los Fuegos es inigualable», comentó a EL COMERCIO desde el Muro.
Hubo entre la multitud a quien no le entusiasmaron los Fuegos. «A mi, lo siento, pero ya no me sorprenden; me parece que todos los años es lo mismo», criticó Begoña Cerra, gijonesa, por cierto, muy aficionada a viajar con la Mareona. «Me faltaron guiños a la ciudad e, incluso, al Sporting», reclamó. Y José Antonio Viesca, vecino de El Natahoyo, y exvicepresidente del Club Natación Santa Olaya, calificó de «éxito» un show «largo y diferente». Desde su casa en El Natahoyo «se vieron perfectos».
«Ruido ensordecedor»
Rosa María Morán y sus amigas vieron con mucho ánimo los fuegos desde el Náutico. «Fueron espectaculares, y el ruido de la primera secuencia fue ensordecedor», comenta la vecina del barrio de Roces. Quince años lleva viniendo en agosto a Gijón el sevillano Chema Fernández, huyendo del calor. «Vengo a la brisa del norte a ver siempre los Fuegos, que son un atractivo extraordinario. La ciudad es un gusto», comentaba a la espera del Restallón.
Por último, Margot Alamilla, natural de Cartagena aunque afincada en Gijón desde hace más de una década, quiso trasladar a la empresa Pirotecnia Zaragozana «mi felicitación porque el trabajo de muchos meses quedó extraordinario».
Tal y como sucedió con la Cabalgata de los Reyes Magos, la Noche de los Fuegos tuvieron, a la vista está, el visto bueno de los gijoneses. Y no es baladí.
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