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EUGENIA GARCÍA
Jueves, 6 de junio 2019, 14:58
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El sentimiento era unánime en la parroquia de San Julián de Somió: con el fallecimiento del capitán marítimo Ignacio Fernández Fidalgo, más conocido como Nacho, se va un hombre de mar volcado en el puerto de Gijón y sobre todo un amigo, un hombre bueno. Más de un centenar de personas trasladó esta mañana ese pesar, pero también el sentimiento de gratitud y aprecio, a la viuda y la hija de Nacho Fidalgo.
Fallecido el martes a los 62 años, su sorpresiva marcha dejó consternado a todo el sector marítimo asturiano. Prácticos, consignatarios, navieras, representantes de la Autoridad Portuaria y miembros de la Capitanía Marítima que durante 26 años -desde su fundación- encabezó Fidalgo acudieron a dar su último adiós al marino. «Supo sobrevivir a todas las marejadas, aunque esta última resultó ser implacable», lamentaba el exdirector de la Escuela de Marina Civil Antonio Monteserín al finalizar las exequias.
Muy afectada se encontraba también Adela Álvarez, secretaria de Nacho Fidalgo durante 18 años en los que el único capitán marítimo que hasta ahora ha tenido Gijón se desveló como una persona «paciente y muy inteligente». «Siempre supo resolver con templanza los problemas y con él las discrepancias nunca duraban mucho», recordó. Era, en definitiva, «una persona extraordinaria» que dejó buen recuerdo allá donde le empujaron los vientos.
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