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El público, tanto general como profesionales de la hostelería, volvió a llenar Gastroburbujas, el salón de los vinos espumosos. FOTOS: DANIEL MORA / JUAN CARLOS TUERO

Gastroburbujas se hace mayor

El salón de los vinos espumosos más importante del norte cumple diez ediciones variando su nombre para dar cabida a los productos gourmet, también protagonistas

JESSICA M. PUGA

Viernes, 8 de noviembre 2019, 02:34

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La cita ineludible del otoño asturiano tiene a los vinos espumosos como mayor reclamo. Los mejores champanes, sidras brut y cavas del mercado se reúnen cada noviembre en Gijón, en un salón que anticipa la campaña navideña y vale a las marcas para presentar sus nuevos productos y grandes éxitos y conocer de primera mano las opiniones de los consumidores. El encuentro cumplió ayer diez ediciones y lo hizo a lo grande, manteniendo su esencia líquida y apostando por incrementar la presencia de productos 'gourmet', logrando así el maridaje perfecto.

Gastroburbujas, que así se llama ahora, mantuvo el protagonismo de las bebidas espumosas, sirviendo de escaparate a marcas como Dominio de la Vega, Grimau, Juvé & Camps o Torrelló. Hubo asistentes clásicos, como Codorníu, que acudió a la cita sabedor de la relevancia del salón. Llevó su nueva gama de cavas gran reserva, Ars Collecta, estrenada en verano. Esta compartió espacio con nuevos nombres, como Edoné y Montesquius. El primero es resultado de la albaceteña Bodega Balmoral, sustentada en la idea de que se pueden hacer cavas en otras zonas. Un viñedo en altitud, un enólogo francés y un método tradicional de trabajo perfilan la línea de sus productos. Diferente es el camino de Montesquius, con sede central en Sant Sadurní d'Anoia, corazón de la provincia de Barcelona. Poseen 155 hectáreas de viñedo «de las cuales solo trabajamos 30», apuntaba María Giménez a cuantos le preguntaban. Ella es embajadora de la marca y delegada comercial y, en Gastroburbujas, encargada de explicar las particularidades de la casa y sus productos. «Somos muy rigurosos con la calidad. Si un año los enólogos consideran que no la hay, vendemos toda nuestra uva y esperamos al siguiente», argumentaba.

Sidra Trabanco y el Grupo El Gaitero, dos pesos pesados del sector, tampoco se perdieron la cita anual. El primero acudió con un cometido particular: «Mostrar al público la importante evolución que ha tenido el mundo de la sidra», apuntó Alejandro Vallaure. Este progreso ha permitido al sector, entre otras cosas, sacar al mercado una gama amplíma de productos. Trabanco llevó dos de los suyos al salón: Poma Áurea, un brut nature elaborado con las variedades de manzana regona y raxao y acogido a la Denominación de Origen Sidra de Asturias, y Pecado del Paraíso, un semiseco, o sea, un brut conseguido con manzanas ácidas y dulces con un alto grado de maduración. El Grupo El Gaitero aprovechó la edición para potenciar el consumo de Pomarina y Valle, Ballina y Fernández, defendiendo así las burbujas conseguidas a partir de manzana, sobre todo ahora que están en plena recogida.

La parte 'líquida' de Gastroburbujas compartió protagonismo con la 'sólida' a un nivel inédito. Sí es cierto que en ediciones anteriores se habían montado estands de productos 'gourmet', pero nunca habían sido tantos ni tan variados como este año. Es la prueba de que el paso del tiempo influye en los gustos y en las querencias del público. Lo que se busca ahora son los maridajes, combinaciones innovadoras que se mantenan en la memoria y casi en la retina más allá de Navidad, el periodo para arriesgar y apostarlo todo gastronómicamente hablando. A la vista de los tiempos, el salón organizado por el diario EL COMERCIO y la empresa de eventos gastronómicos Gustatio congregó más productos gourmet que nunca en su historia. Empanadas y panes artesanos, quesos, anchoas, jamón, cecina de cebón y wagyu, lubina, platos preparados con razas autóctonas asturianas y hasta sal de vino sirvieron de maridaje perfecto a la veintena de marcas de espumosos congregadas en La Hacienda de la Llorea Golf.

«Nunca había estado aquí, pero lo veo como un evento diferente, único y acorde a la temporada», apuntó Judith Naves, al frente de AsturSabor. Sus conservas de cordero xaldu y gochu asturcelta, entre otras, así como anchoas en mantequilla, sashimi de lubina atlántica y quesos con pimentón de La Vera, trufa piamontesa o azafrán hicieron las delicias de cuantos, copa en mano en la mayoría de los casos, atendían a todas las novedades.

Gastroburbujas se hizo mayor ante las más de 800 personas que pasearon por el salón, que contó con el patrocinio de Divertia y Tartiere Auto, concesionario que presentó su nuevo modelo Q3 y la colaboración de Laboral San Antonio, la web Voy a Comer En y el Club del Gourmet de El Corte Inglés, que puso a prueba el olfato de los presentes con una cata a ciegas.

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