Germán: «No les guardo rencor, lo que quiero es que se haga justicia»

Han pasado más de cuatro años desde aquel fatídico 14 de julio de 2017, cuando el joven camarero Germán Fernández sufrió una brutal agresión que le llevó a estar ingresado 48 días en la UCI del HUCA y otros 432 de hospitalización en el HUCA, el Instituto Guttmann y en el Centro de Referencia Estatal de Atención al Daño Cerebral (CEADAC). A pesar de todos los tratamientos a los que ha sido sometido, sufre tales secuelas que ha quedado impedido para vivir de manera independiente y para el ejercicio de cualquier actividad laboral. Pero además, hay que añadir el sufrimiento que tanto él como su familia -en especial su madre, Yolanda- durante estos años a la espera del juicio, que finalmente se iniciará hoy, a las 10 horas, en la Sección Octava de la Audiencia Provincial.

«Tengo ganas de pasar página», explicó ayer Germán, que ahora tiene 25 años, a EL COMERCIO. «Tengo mucha confianza. Las pruebas están ahí, como los informes médicos y varios años de recuperación», apuntó. Su madre no parece tan optimista porque considera que «no es justo que haya solo cuatro acusados, cuando le pegaron ocho. Pero claro, no hay pruebas para implicar a los otros cuatro». Es más, ella tiene su propia teoría de cómo ocurrieron los hechos y de quiénes estuvieron implicados en la agresión a su hijo, pues «cuatro años es mucho tiempo para hablar con gente y pensar».

Germán no se acuerda de todo lo que ocurrió aquella noche, aunque tiene ráfagas de algunos momentos, como cuando los acusados no dejaron a su grupo de amigos entrar en un local de la calle del Marqués de San Esteban.

Lo que sí tienen en común Germán y Yolanda es que «no perdonamos» a los agresores, aunque el joven camarero apunta que «no les guardo rencor. Yo solo quiero que haya justicia». Ante esto, Yolanda reflexiona: «No es que no confíe en la Justicia, pero las leyes tienen que cambiar, porque parece que delinquir es gratis».