Germán: «No quiero que le vuelvan a hacer a nadie lo que me hicieron a mí»
«El único miedo que tenía es que prescribiese el tema porque ya ha pasado mucho tiempo, pero me ha dicho mi abogado que no, que esté tranquilo...», apunta el joven agredido en Gijón en julio de 2017
«No estoy nervioso por tener que verles en el juicio, lo que quiero es que paguen por lo hicieron y que cumplan la pena, no que salgan antes por permisos ni demás». Germán Fernández recibió ayer con alivio la petición de cárcel de entre doce y catorce años y medio para los cuatro supuestos autores de la agresión que a punto estuvo de costarle la vida en julio de 2017. Desde entonces, lucha por recuperar la autonomía que perdió aquel día y que le llevó a permanecer casi un año hospitalizado.
«El único miedo que tenía es que prescribiese el tema porque ya ha pasado mucho tiempo, pero me ha dicho mi abogado que no, que esté tranquilo...», apunta con una sonrisa en la cara, la misma con la que hace dos días recibió la segunda dosis de la vacuna del coronavirus. «En menos de una semana voy a ser inmune y poder hacer un poco más de vida normal», argumenta. Todo lo normal que su gran dependencia le permite y que le lleva a tener que estar siempre acompañado de otras persona. Cada mañana acude al centro de día y por la tarde alterna el gimnasio con las clases de logopedia y el fisioterapia. «Estoy contento, pero quiero que no le hagan a nadie lo mismo que me hicieron a mí», dice, relativizando el estado en el que se encuentra. «Mis compañeros del centro de día están mucho peor que yo y son más mayores, están mal por accidentes de tráfico, por ictus... Es una pena», afirma con esa positividad que le caracteriza y que le ha permitido avanzar desde un estado prácticamente vegetativo en el permaneció en la UCI del HUCA durante casi dos meses.
No duda al asegurar que aquella noche que recibió «la brutal paliza», según señala la fiscalía, eran más de cuatro los que le atacaron. «Había más gente, eran más, cuatro conmigo no podían...», apunta.
Su madre, Yolanda, lleva tres años y medio luchando para que se haga Justicia. «La petición de la fiscalía es muy buena noticia, pero ahora tiene que haber juicio, que se demuestre que son culpables y que paguen por lo que hicieron y que no puedan destrozar la vida a nadie más como nos la destrozaron a nosotros», considera.
Para la celebración de la vista oral no hay aún fecha fijada. Será probablemente en torno a los meses de verano. «Esto se está haciendo larguísimo, son muchos años y mucho esfuerzo, alguien que no haya pasado por algo así no sabe lo que se sufre...», dice con el rostro marcado por el sufrimiento.
Petición de la Fiscalía
El escrito del Ministerio Fiscal, fija que los cuatro acusados, Imad A., Rubén Á. H., Yeray R. V. y Jorge Á. G. «formaban un grupo de amigos llamándose a sí mismos 'La Manada' coincidieron en la madrugada del día 14 de julio de 2017 en un pub de la calle Marqués de San Esteban, esquina con Felipe Menéndez, con otro grupo formado por Germán Fernández y dos compañeros de la sidrería en la que trabajaba, en la zona de Poniente».
Llevados por un ánimo común de mera diversión, los procesados comenzaron a provocar a los jóvenes e Imad A. se interpuso en el camino de uno de ellos, impidiéndole el paso, por lo que éste le empujó cogiéndole por el cuello«, relata la fiscal.
El procesado, con esta excusa, comenzó a incitar a al amigo de Germán para que peleasen, invitándole a «liarla fuera», y diciéndole «pégame, pégame, que ya chuparás luego».
Los procesados continuaron hostigándoles hasta que les agredieron de forma grupal, limitando su capacidad de reacción e incluso huida, prevaliéndose de su número y de sus capacidades físicas por practicar varios de ellos artes marciales de forma habitual. Así, consiguieron separarlos y moviéndose entre un grupo y otro, golpeando Imad A. y Yeray R. V., que esgrimía un cinturón como arma, al acompañante de Germán Fernández, al que el procesado Jorge Á. G. empujó, tirándole al suelo. Allí, todos los procesados continuaron agrediéndole, propinándole patadas en la cabeza.
Yeray R. V. se abalanzó sobre el tercer compañero, agarrándole de las piernas y tirándole al suelo.
Germán Fernández, que se encontraba separado de sus amigos, «fue rodeado por los procesados que, actuando de común acuerdo y mientras él intentaba cubrirse, le golpearon de forma reiterada, sin medir las consecuencias de sus actos y con un manifiesto desprecio hacia su integridad física», dice el fiscal. «Finalmente recibió por parte de Rubén Á. H. un golpe brutal en la cabeza que le dejó inconsciente, cayéndose desplomado al suelo. Quedó ensangrentado sobre la calzada, por lo que los procesados huyeron en ese momento a la carrera», continúa.