Germán gana fuerza con el deporte de moda

Germán no pierde la sonrisa y poco a poco va recuperando la fuerza. Más de tres años después de la agresión sufrida en la madrugada del 13 de julio de 2017 en la calle Pedro Duro de la zona de Fomento, el gijonés continúa trabajando diariamente en su recuperación, que, aunque lenta, va dando sus frutos. A veces se acelera hablando y debe tener cuidado a la hora de caminar solo, pero tiene buena memoria, maneja el teléfono móvil como nadie y tiene las cosas muy claras.

«Mis objetivos son dos: volver a hablar bien y a caminar con normalidad. Con eso me conformo», asegura. Para lo primero, acude todas las semanas a la consulta de la logopeda Enar Martínez, quien, precisamente, le recomendó iniciar una nueva etapa para cumplir su segunda meta: mejorar su movilidad.

«He trabajado con varias logopedas todos estos años, pero ninguna como Enar. Ella fue la que me animó a empezar a practicar crossfit en Brown Bears y la verdad es que estoy encantado», explica el joven de 27 años. «Primero hice rehabilitación en los hospitales, después empecé a correr por la playa con un entrenador personal pero después del confinamiento me apeteció venir. Correr era más aburrido y aquí me lo paso mejor», dice sonriendo.

«De momento estoy yo con él, a pesar de que hace tiempo que dejé los entrenamientos personales, pero la idea es que vaya progresando y en el futuro pueda entrenar en grupo. Tiene unas habilidades sociales impresionantes y estoy seguro de que le vendrá bien», explica su nuevo entrenador, Damián Benigno.

El box de crossfit Brown Bears se encuentra en Corvera, por lo que la madre de Germán, Yolanda Fernández, debe desplazarse dos veces por semana desde Gijón para que su hijo realice una hora de ejercicio que «le está viniendo muy bien. Pienso que el esfuerzo está mereciendo la pena porque él está contento y se ven las mejoras. Camina mejor y también le veo más coordinado».

Los sesenta minutos de trabajo de crossfit consisten en series de ejercicios «funcionales para mejorar su movilidad. Hay que estar pendiente de él por la estabilidad a la hora de las transiciones, pero cuando empieza con el ejercicio lo hace cada vez mejor. Tiene fuerza y se le ve muy motivado», comenta su nuevo entrenador. Subidas a un escalón, remos en anillas, balón medicinal... Germán está como pez en el agua en Brown Bears, incluso cuando toca quemar calorías en la bici. «Es lo que menos me gusta, pero hay que hacerlo», asume.

Después de perder mucho peso y bajar de los cincuenta kilos en el hospital, con más de metro ochenta de altura, el regreso a casa del gijonés vino acompañado también por su lógico aumento de volumen, de tal manera que la idea ahora es alcanzar un tono ideal, y eso que «en confinamiento hizo mucho deporte en casa», comenta Yolanda.

Sesiones de logopedia, de crossfit y una vida social bastante discreta la de Germán, pues aunque sus amigos le llaman bastante a menudo para quedar, los hábitos son otros. «A ellos les gusta salir y beber, y yo ni fumo ni bebo alcohol», reconoce. «Está muy enmadrado», bromea Yolanda.

La situación no es cosa de dos, pues Germán pudo sentir también desde el primer momento el cariño y el apoyo incondicional de sus dos hermanas. Un núcleo familiar que está siendo clave en su recuperación.