«Gijón arrastra una deuda de 20 años en infraestructuras y contaminación»
«Moriyón prometió reunirse con los vecinos cada tres meses, pero no sabemos nada de ella. Hay un déficit de credibilidad en la Alcaldía» Manuel Cañete Presidente de la Federación de Asociaciones Vecinales de Gijón (FAV)
GUILLERMO MAESE
GIJÓN.
Domingo, 7 de enero 2024, 00:12
Manuel Cañete Pantoja (Mieres, 1961) termina en 2024 su segundo mandato al frente de la Federación de Asociaciones Vecinales de Gijón (FAV). «Estoy cansado». Pero ... no descarta presentarse a unas nuevas elecciones en la federación. «Debo meditarlo». Y entre tanto, con el nuevo gobierno local ya en marcha, su mayor enfado es que incumplan sus promesas en materia de participación ciudadana.
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-¿Está cómoda la FAV con el actual equipo de gobierno?
-Estamos aprendiendo a trabajar con él, aunque ya hemos tenido algunos disgustos o desavenencias.
-Cuénteme.
-El arranque con el pacto con Vox no era bueno ni para la democracia ni para los gijoneses. Y, además, después de siete meses seguimos esperando a que se produzcan encuentros con los vecinos. Moriyón nos prometió en campaña una reunión cada tres meses, pero no ha cumplido. No sabemos nada de ella. Hay un déficit de credibilidad y gobernanza sobre la figura de la alcaldesa. Tampoco han convocado el consejo social; es inaudito. ¿Esta es la participación que prometieron en campaña?
-¿Qué expectativas tiene para el 2024 en la ciudad?
-Recuperar el sentido común en las decisiones de ciudad. Gijón está anclado en modelos del siglo pasado (en infraestructuras, participación ciudadana, contaminación...). Y arrastra una deuda de 20 años en casi todo.
-Habla de «recuperar el sentido común», ¿no lo hubo en el anterior mandato?
- A PSOE e IU les faltaron empatía, diálogo y cercanía. Así y todo, debo ser justo al recordar que gobernaron casi la mitad del mandato con pandemia, lo cual obligó a muchos replanteamientos en la forma de dirigir la ciudad.
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-¿Qué ha fallado para que siempre se hable de renovar el modelo de participación?
-El análisis general es que los partidos políticos gobiernan trazando directrices ideológicas, algo que choca mucho con la participación de los vecinos. Los políticos tienen que entender que Gijón se debe construir entre todos, y no solo votando cada cuatro años. Hay que dar a los ciudadanos buenas herramientas para ser partícipes de las grandes decisiones de la ciudad. La reflexión del Gijón del futuro se debe hacer en conjunto. Las asociaciones y las federaciones vecinales conocemos muy bien las necesidades y los problemas de la ciudad.
-Dice que se han tomado ya decisiones de ciudad que responden únicamente a la ideología del gobierno. ¿Cuáles?
-En materia de movilidad hay muchas, quizás demasiadas. Han quitado los bolardos de protección de las salidas de los colegios, algo que tiene más que ver con la ideología que con el sentido común. O, por ejemplo, destinar 100.000 euros al estudio de soterramiento del Muro es también más una cuestión ideológica que de ciudad.
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-Acusan al concejal de Movilidad, Pelayo Barcia, de volver al pasado con sus primeras decisiones. ¿Usted lo cree?
-Con Barcia no hemos tenido ni un solo contacto. Ni siquiera sabemos si va a constituir el consejo sectorial de movilidad. Se están tomando decisiones sin contar con los vecinos. La movilidad es un asunto de gran importancia en la ciudad. Gijón no son solo los 40.000 votos de Foro. Lo que hoy defiende Barcia es bien distinto a lo que decía en la oposición.
-¿Le gusta el nuevo sistema de elección de las obras de distritos?
-Un millón de euros para obras de distritos es una cantidad muy escasa. Que nos ofrezcan una lista cerrada de obras lo aceptamos como un método excepcional, pero plantearemos aportar alguna propuesta por parte de las asociaciones vecinales. Y, por cierto, en el listado de obras de distrito han colado obras que no atienden a esa naturaleza.
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«Necesitamos más fuerza»
-¿Está contenta la FAV con la caída del intercambiador del Humedal?
-Sí, a pesar de que Foro lo criticó en la oposición, pero este verano hablaba de respeto institucional. El Principado erró al pretender construir una estación al aire libre. La solución definitiva para Gijón -lo saben el Principado, el Ayuntamiento y los empresarios- es la estación intermodal. El intercambiador solo beneficiaba a Alsa. El Gobierno del Principado trató de crear una infraestructura en Gijón que no estaba en la mente de nadie.
-Moriyón propone derribar el viaducto de Carlos Marx quizás para ir dando pequeños pasos hacia la estación intermodal. ¿Está de acuerdo con ese derribo?
-Tan de acuerdo como que hace años que tenía que estar derribado, según el convenio del plan de vías que se firmó. El derribo mejoraría la comunicación entre barrios. Ir de la avenida de Portugal a El Natahoyo es encontrarse con un atolladero.
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-¿Confía en que el proyecto de Naval Gijón salga adelante?
-Sí, pero necesitamos que se trabaje con más fuerza y exigencia. El Estado tiene que poner un precio simbólico a esos terrenos. Y, déjeme que insista, para que el Ayuntamiento gane fuerza en su postura necesita a los vecinos. Necesita, por tanto, constituir el consejo social. Pagar por unos terrenos de Gijón al Puerto no parece lógico. Cinco millones no parece, ni de cerca, el mejor precio.
-¿Y en el vial de Jove?
-Poco antes de las elecciones aparecen por aquí ministros y políticos a hacer promesas con 'dibujinos', pero la realidad es que los meses van pasando y siempre surgen problemas. Del vial de Jove lo que más me preocupa es para qué se va a utilizar. Es necesario, pero también lo es controlar el entramado industrial que se está montando en el Puerto. En base a lo que se siga construyendo allí habrá más o menos contaminación.
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-¿Da por derrotado el proyecto de la planta de pirólisis? Aunque el Principado parece descartarla, aún sigue en fase de información pública.
-El movimiento vecinal contra la planta fue y es ilusionante, y en esa ilusión nos queremos mantener. Pero desgraciadamente también sabemos que las victorias parciales se pueden convertir en derrotas. Véase la regasificadora, una instalación ilegal. Si Adrián Barbón dijo que no iba a salir adelante, sería inaudito que saliera. Y si al final hay que indemnizar a la empresa, hay políticos y responsables que se deberían ir para casa.
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