«Por lo duro que fue negociarlo siempre me acordaré del '¡véndovos Mareo'!»
Marcelino Lamuño, tesorero municipal gijonés desde hace 28 años y el funcionario habilitado nacional más veterano, se jubila el día 20
Marcelino Lamuño Suárez (San Martín del Rey Aurelio, 1960) lleva ejerciendo como tesorero del Ayuntamiento de Gijón desde abril de 1997 –casi 28 ... años– y en este momento es el funcionario con habilitación nacional más veterano en activo. El 19 de febrero será el último día que acudirá a su despacho en la planta noble de la Antigua Pescadería y después iniciará su jubilación. Él ha sido la persona clave en la gestión de las finanzas y la consecución del equilibrio económico consistoriales con cuatro Alcaldías (Vicente Álvarez Areces, Paz Fernández Felgueroso, Carmen Moriyón y Ana González).
Sobre estos 28 años de servicio público en el Consistorio, señala que «todo es más grande y los importes monetarios de hoy en 1997 seguro que nos hubiesen asustado». En cualquier caso, pone de relieve que «el Ayuntamiento estaba saneado» cuando él se puso al frente de la tesorería municipal y también lo estará cuando ceda el testigo. Recuerda algunos expedientes que pasaron por su despacho que le dieron algún que otro quebradero de cabeza. De entre todos ellos, destaca uno. «Siempre me acordaré del ¡'véndovos Mareo'! –los 2.000 millones de pesetas que pagó el Ayuntamiento para rescatar al Sporting en 2001 y salvarlo de la quiebra– por lo dura que fue la negociación», admite Lamuño. Y por su cuantía y duración en el tiempo también pone de relieve las aportaciones para los préstamos y créditos para la ZALIA y Gijón al Norte. Sobre la operación del plan de vías, para la que ha tramitado cuatro expedientes diferentes, considera que, «como asunto que está vivo y puede conllevar fuertes desembolsos, es uno de los grandes retos monetarios del futuro».
Sus compañeros destacan que dejará como legado «el control exhaustivo del dinero» y también su abnegación y entrega en el trabajo, ya que, aseguran, «es el funcionario que más horas está en el Ayuntamiento». El propio Lamuño reconoce su puesto funcionarial como tesorero le demanda «una gran responsabilidad». «No sé cómo voy a ocupar mi tiempo a partir del día que me jubile», asegura. «Honestidad y perseverancia» considera que son las cualidades clave para ser un buen tesorero municipal.
Natural del barrio de San Mamés, en Blimea, y vecino del centro de Gijón, es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Oviedo. Salvo un paréntesis de seis meses que estuvo trabajando en 1984 «doblando toallas en el Alcampo», 41 años los ha pasado trabajando para las administraciones regional y local en diferentes localidades asturianas. Antes de recalar en Gijón, pasó por la Consejería de Economía y Hacienda, el Ayuntamiento de San Martín del Rey Aurelio, el Ayuntamiento de Laviana, la Sociedad Regional de Recaudación del Principado (como gerente), el Ayuntamiento de Villaviciosa y el de Llanera.
Tres alcaldes fallecidos
Ha vivido las muertes de tres alcaldes para los que trabajó: Tini Areces (Gijón), Asensio Martínez Cobián (Villaviciosa) y Arturo Carrio (Laviana). Es padre de una hija de 35 años que nació el mismo año que aprobó la oposición para funcionario de administración local con habilitación de carácter nacional, subescala Intervención-Tesorería. Ella trabaja en un despacho de abogados y economistas en Madrid.
En una de las paredes de su despacho tiene colgado una recorte de períódico con una frase de una entrevista que es todo una declaración de principios: «Si pagas con cacahuetes, tendrás monos».
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