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De izquierda a derecha, Carlos Llamazares, Nel Huelga, Jesús Cofiño, y José Ramón de la Torre, ante la Comisaría de Gijón. JUAN CARLOS TUERO

«La mar estaba bastante mal, había bastante resaca, pero en ese momento no piensas en los peligros que corres»

Los cuatro agentes de la Policía Nacional de Gijón que rescataron de madrugada a dos mujeres en la playa de San Lorenzo relatan la complicada intervención derivada de un intento de suicidio

Olaya Suárez

Gijón

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Jueves, 16 de enero 2020, 13:12

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«Actúas de forma instintiva sin pensarlo, sin ver los riesgos, es luego cuando llegas a casa y reposas en frío lo que ha pasado cuando te das cuenta del peligro...». Los cuatro agentes de la Policía Nacional que la madrugada del lunes rescataron de aguas de aguas del Cantábrico en la playa de San Lorenzo a una anciana y a su hija, consideran que se trata de uno de los servicios de «más peligro» de los que han intervenido en su dilatada experiencia profesional.

Por sus cabezas, aseguran, ronda ahora la peor suerte que corrieron tres compañeros que en circunstancias similares perdieron la vida en la playa de A Coruña al intentar salvar a un estudiante que se había metido en el agua. «Inevitablemente lo llevamos días pensando, porque la intervención fue muy parecida», señala Carlos Llamazares.

Eran las 3 de la mañana cuando una mujer alertaba a los servicios de emergencia de la intención de su madre, de 81 años, de quitarse la vida. Explicaba que estaba en la playa de San Lorenzo, a la altura de la escalera 15. En plena noche, dos dotaciones de la Policía Nacional se desplazaron hasta el lugar. «No se veía nada, fue cuando nos acercamos cuando vimos a unos 50 metros de la orilla a dos personas, rápidamente, nos quitamos la ropa y los objetos de peso que nos pudieran lastrar y formamos una cadena para intentar acceder. La mar era bastante mala, había mucha resaca», relatan.

Cuando consiguieron llegar hasta donde se encontraban, comprobaron que la anciana «no se tenía en pie» y la hija, desesperada, intentaba sujetarla, ya sin apenas fuerzas. El agua le cubría por encima de la cintura. Lograron sacarlas a la orilla y desde allí, llevarlas directamente a un centro hospitalario.

«No hay preparación posible para estos servicios, por mucho que en la escuela de Ávila te orientes y te expliquen, a la hora de la verdad actúas por impulso, como mejor puedes e intentando hacerlo lo mejor posible», dice Nel Huelga.

«Por suerte, en esta ocasión, ha tenido un desenlace feliz...», concluyen.

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