Borrar
Dos residentes, en las zonas comunes de La Golondrina. P. UCHA
La Golondrina pide una concesión «ágil» de las plazas públicas para dependientes

La Golondrina pide una concesión «ágil» de las plazas públicas para dependientes

La residencia de la Cocina Económica, que atiende a mayores autónomos sin recursos, ya no puede asumir más servicios sin desatender al resto

AIDA COLLADO

GIJÓN.

Martes, 27 de noviembre 2018, 03:05

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

En verano hizo dos años que La Golondrina, la residencia de la Asociación Gijonesa de la Caridad, abrió sus puertas para un perfil de usuario muy concreto: mayor de 65 años, con autonomía física y mental y sin recursos económicos. A medida que una parte de sus residentes han ido ganando en dependencia, la residencia se ha encontrado con algunas dificultades, que quiere tratar con la Consejería de Servicios y Derechos Sociales. Reclama al Principado «una mayor agilidad» para conceder plazas residenciales públicas a estas personas, a las que La Golondrina ya «no les puede prestar las atenciones que necesitan».

Ya sea algo esperado o repentino, cuando los residentes alcanzan un grado de dependencia inasumible para el centro, preparado únicamente para personas con cierto grado de autonomía, el tiempo que la Administración pública tarda en hacerse cargo de su atención es demasiado. «Nuestra responsabilidad es ofrecer una calidad de vida y llegamos hasta donde llegamos. Cuando una persona se convierte en muy dependiente, estamos muy limitados», explica la directora, Saray Feito. El número de gerocultores -auxiliares de geriatría- de los que dispone es acorde al perfil de usuario para el que se pensó el centro, por lo que no pueden asumir más servicios sin desatender al resto de residentes.

En total son 56 residentes para 62 plazas, aunque las vacantes ya están reservadas, a excepción de una plaza de emergencia que se dejará sin cubrir.

Al margen de la necesidad de una «mayor colaboración del Principado», los planes para La Golondrina siguen sobre la mesa para ampliar el centro en un futuro. Eso siempre que, finalmente, se consiga hacer funcionar los engranajes con la red pública y «que podamos ser ese escalón intermedio» que presta asistencia a los mayores con autonomía, pero sin recursos.

Desde hace un par de años, este geriátrico es parte del paisaje de Somió, tras una inversión de 6,8 millones de euros, que incluyeron los 2,3 millones que costó al Ayuntamiento de Gijón comprar los terrenos de la antigua Pecuaria. Una inversión global que salió íntegramente de la herencia que Evaristo Luis Bango dejó a la entidad.

400 servicios menos al mes

El presidente de la Asociación Gijonesa de la Caridad, entidad que gestiona la Cocina Económica, Luis Torres, aseguró por su parte que, aunque sus previsiones son las de cerrar el ejercicio tras haber prestado una media de 400 servicios menos al mes -que se sumarán al descenso de 500 servicios mensuales en 20107-, «la gente no encuentra solución a su problema» y «la falta de trabajo» continúa azotando a la sociedad. Entre sus usuarios fijos, lamenta, «se encuentran muchos pensionistas con prestaciones ridículas y algunos que ni siquiera tienen una paga».

Mientras, la Cocina Económica se prepara ya para las celebraciones navideñas. El pistoletazo de salida se dará el próximo lunes, 3 de diciembre, con la fiesta dedicada a los voluntarios, que suman unas 130 personas. «Cada día hay gente que se presta a ayudar», concluye orgulloso Torres.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios