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La Guardia Civil conquista a los escolares de Castiello
Exhibición. Agentes de diferentes unidades especializadas, incluida la canina, visitaron el centro de educación especial
En la pista cubierta del colegio público de educación especial Castiello se reunía ayer una gran comitiva de la Guardia Civil. No faltaron las unidades caninas, la de desactivación de explosivos, la de laboratorio e incluso la de buceo. Todos ellos enseñaron artefactos y vehículos oficiales para deleite de los 140 alumnos del centro. ¿El motivo? Se trataba de una exhibición programada por parte del centro, desde hacía un año, con la comandancia de Gijón.
«Forma parte de un plan director que ellos tienen. Participamos anualmente y tenemos con él la formación de los chavales desde hace ocho años como mínimo», anotó ayer Consuelo Barbado, directora del colegio. A las charlas contra el acoso escolar o los peligros de internet se le sumó la opción más emocionante hasta ahora y la que es un auténtico récord en los centros escolares asturianos: la exposición de material y la exhibición de procedimiento de la Guardia Civil. «Esto es para la convivencia y mejora de la seguridad en los centros educativos y sus entornos», explicó el capitán Juan José Camporro, quien añadió que el éxito de esta medida -implantada por el Ministerio del Interior- se manifiesta en una larga lista de espera y reservas de un año de antelación. Con esta, informó, sería la exhibición número cincuenta desde que él está a cargo (comenzó en 2014), con una media de seis exhibiciones al mes en todo el territorio que abarca la comandancia gijonesa.
«Pueden experimentar»
Distribuida en varios sectores, la Guardia Civil llevó consigo todo un grupo de especialistas formado por unidades del laboratorio de criminalística, Seprona, seguridad ciudadana, tráfico, drones, desactivación de explosivos, buceo y la unidad canina.
Estos últimos -protagonizados por el labrador 'Alaska' y el pastor alemán 'Urre'- fueron la primera parada de los ciclos de estudiantes que se iban acercando al patio, quienes no perdieron la oportunidad de acariciar a los veteranos en detección de drogas y explosivos. «Los veo muy bien, están interconectando, incluso con chavales a los que no les gustan los perros», dijo contento Isaac López, del servicio cinológico y dueño de 'Alaska' que, a sus 11 años y a punto de jubilarse, es uno de los habituales en estas exhibiciones por «ser muy tranquilo».
Las risas, el interés y las constantes sirenas de los coches -fruto de los emocionados estudiantes que las activaban- fueron la prueba de una velada divertida en el que el disfrute fue recíproco, dado que «vemos que los chavales lo pasan bien», constató Camporro. Misma opinión que la comunidad educativa. Noelia Díaz, del equipo directivo, manifestó emocionada que es una experiencia única «porque pueden expermientar, ver y tocar; probarse las gafas de buceo, ponerse los petos, montar a las motos y acariciar a los perros».
La exposición finalizó con una muestra a todo el alumnado de vuelos de dron, pruebas de detección con los perros e incluso una explosión controlada con «un 'petardín'».