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IVÁN OTERO
GIJÓN.
Viernes, 20 de julio 2018, 01:15
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El 25 de julio de 1905, el langreano Jesús Fernández Duro sobrevolaba Gijón por primera vez en la historia con un globo aerostático. Ayer, 113 años después, en el parque de la Fábrica de Gas, de donde partió ese primer vuelo, se descubrió un monolito en conmemoración al pionero de la aeronáutica en España. El acto de inauguración contó con la asistencia, entre otros, del coronel Juan Ayuso Puente, director del Museo del Aire; la alcaidesa, Carmen Moriyón, así como su antecesora, Paz Fernández Felgueroso; el regidor de Langreo, Jesús Sánchez Antuña, y los protagonistas más cercanos de la jornada, la familia Velázquez Duro.
Una placa elaborada por el escultor Iglesias Luelmo y apoyada en una «fantástica estructura» cedida por Pelayo Roces, según apuntaron los organizadores, recordará la figura de este amante de la aeronáutica.
Moriyón repasó la trayectoria de Fernández Duro, quien «dejó de lado una vida fácil y con perspectivas de éxito en Duro Felguera, creada por su abuelo Pedro Duro, para cumplir su sueño de sentar las bases de la aeronáutica civil española». La alcaldesa elogió a un hombre que «hizo historia al protagonizar el primer viaje en globo, al que siguieron numerosas hazañas» y que «ha convertido a la ciudad en referente en España gracias a la Regata de Globos Aerostáticos, estrenada este verano pasado, y el Festival Aéreo, que alcanza su madurez con la edición '12+1' que se celebrará este domingo», señaló.
Carlos Velázquez Duro, hijo del sobrino-nieto de Fernández Duro, continuó con agradecimientos en nombre de su padre (quien convaleciente no pudo acudir) hacia las personas que hicieron posible el homenaje. Para concluir, previamente al descubrimiento del monolito ante los asistentes, el biógrafo y presidente de honor del Círculo Aeronáutico Fernández Duro, José David Vigil 'Cholo', rememoró otras proezas del langreano, que fue el primer hombre en cruzar los Pirineos por los aires o en registrar un histórico vuelo de gran distancia entre París y Moldavia, con una «muy accidentada llegada» que le supuso la concesión de la cruz de caballero de la Legión de Honor francesa.
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