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Una auxiliar transporta una cama por las instalaciones del hospital. D. A.
El hospital habilita 21 habitaciones triples mientras mantiene cerrada una planta

El hospital habilita 21 habitaciones triples mientras mantiene cerrada una planta

Cabueñes sigue sin abrir la unidad que cerró el pasado mes de julio aduciendo descenso de actividad en verano

E. GARCÍA

GIJÓN.

Viernes, 4 de enero 2019, 04:09

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La presión asistencial ha obligado al Hospital de Cabueñes a tener que recurrir a las habitaciones triples, una medida de carácter extraordinario que se suele dar con la llegada de la epidemia de la gripe pero que en los últimas semanas se está convirtiendo en habitual al mismo tiempo que se mantiene inutilizada toda una planta del bloque de hospitalización.

Al menos hasta las seis de la mañana de ayer, el elevado volumen de pacientes ingresados en el centro había llevado al hospital a tomar la decisión de instalar veintiún camas supletorias en el edificio, transformando en triples habitaciones que habitualmente son dobles.

Asimismo, había en el hospital diecisiete habitaciones individuales que se habían doblado con las denominadas como 'camas D', es decir, camas auxiliares que se utilizan para acoger a dos pacientes en los cubículos sencillos diseñados para solamente uno, que quedan así reconvertidos en habitaciones dobles. Esta situación, que hace unas semanas -cuando eran apenas doce las camas supletorias instaladas en Cabueñes- el gerente de centro hospitalario, Miguel Rodríguez, calificaba de «necesidad concreta», conlleva importantes inconvenientes tanto para los pacientes ingresados que se ven obligados a compartir habitación con otros enfermos como para los familiares que les acompañan, pero también para el personal sanitario de planta.

Todo ello mientras se mantienen cerrada la segunda planta par del bloque de hospitalización. Es decir, cinco meses después y pese a los problemas de ocupación, las 28 camas de este ala hospitalaria siguen sin estar disponibles.

Si bien es cierto que el cierre de unidades es una medida que se suele adoptar año tras año cuando llega el periodo estival, aduciendo un descenso en la actividad asistencial durante las vacaciones, es habitual que las camas cerradas en verano se reabran en otoño, como ocurrió con la séptima impar.

No obstante, este año la llegada de la gripe se está retrasando considerablemente, por lo que aunque la presión asistencial sea suficiente como para obligar a la dirección del hospital a redoblar camas no parece que haya previsión de abrir próximamente la planta par del bloque de hospitalización, donde se encuentran ginecología y oncología.

Cabe esperar que cuando llegue el pico de la gripe se abra la planta cerrada, pero el propio gerente expresaba su preocupación por la falta de personal para posibilitar dicha habilitación. «La bolsa de contratación de enfermería está casi agotada», lamentaba entonces, poco después de que el Sespa comenzase a llamar a los enfermeros, auxiliares y técnicos en lista para cubrir las 148 plazas eventuales disponibles para personal sanitario no facultativo.

Más cirugías

La entrada en vigor, el pasado 8 de noviembre, del decreto de esperas máximas de la Consejería de Sanidad, tiene mucho que ver con el aumento del nivel de ocupación del hospital gijonés. Este responde en gran medida al incremento de la actividad quirúrgica con el objetivo de ajustarse a la nueva normativa de tiempos máximos que limita a seis meses el plazo de demora en intervenciones de prótesis de cadera y rodilla, cataratas, histerectomías y cirugía cardiaca coronaria.

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