José Ramón F. Puerta, presidente vecinal de Jove: «Creen que somos bobos: 'Vamos a humanizar...' Humanízate tú primero»
«El Musel debería ser el primer interesado en tener una salida directa a la Zalia para darle un poco de vida a ese muerto que tienen ahí»
El barrio de Jove, frontera del tráfico portuario y víctima del fracaso del vial que debía aliviar el oeste de Gijón, vuelve al primer ... plano. Tras el planteamiento del Principado de Asturias de impulsar un nuevo vial por Aboño, cuya licitación se prevé para 2026, así como la humanización de la avenida Príncipe de Asturias mientras llega el vial, los vecinos reclaman hechos, no más promesas. Su presidente, José Ramón Fernández Puerta (Gijón, 1950), analiza el descontento del barrio y los pasos que esperan del Gobierno asturiano y del Ministerio de Transportes.
–¿Confía en este compromiso?
–No, en absoluto. Ya va siendo hora de que toda esta recua de sinvergüenzas que tenemos por políticos dejen de decir mentiras. Por lo menos, que no nos tomen por idiotas. Exigimos un mínimo de respeto, que no nos tienen ningún tipo de respeto. Son una banda que viven no sé si en el reino de Narnia o en 'El señor de los anillos', porque no tienen los pies en el suelo.
–¿A qué se refiere exactamente?
–Creen que la gente somos bobos. «Vamos a humanizar…», humanízate tú primero, sinvergüenza. No hay palabra que exprese la indignación que tiene todo el mundo con esta historia después de 30 años. Que se humanicen ellos y nos dejen tranquilos.
–¿Cómo valoran esta nueva propuesta?
–Lo decía José Luis Nicieza: no se habla con los vecinos, ni con nadie, fingen reuniones que no existen y se inventan cosas como si fuera un tebeo. ¿Tú crees que Carreño se va a quedar parado viendo que lo que no queremos aquí se lo mandamos a ellos? Dirán que merecen el mismo respeto que todo el mundo. Aquí el problema es dónde está el dinero que estaba ofertado para hacer el vial por Jove, ya sea soterrado, por encima o volando por el cielo. ¿Dónde está ese dinero?
–Se supone que esos 300 millones se iban a invertir en Gijón.
–Sí, se supone. Pero, como sabrás, ni un mísero real de vellón se invirtió en La Calzada, que es la zona más afectada por el tráfico pesado. Y el Puerto callado. No ha existido ni una reunión con ellos, cuando son el origen y el destino de todo el tráfico pesado de la ciudad. Están ahí atechados y viendo pasar el tiempo mientras nos dicen que van a humanizar Príncipe de Asturias. Es absurdo. Están absolutamente perdidos y nos faltan al respeto tomando por idiotas a los vecinos.
–¿Qué actitud les gustaría ver por parte del Puerto?
–Como principal industria de Gijón, el Puerto debería reclamar y colaborar con unos accesos dignos y en condiciones. Dicen que van a tener no sé cuántas plantas industriales, pero no se implican en nada. En vez de traer barcos, traen industria y ni siquiera piensan en cómo sacar de allí el material. Deberían ser los primeros interesados en tener una salida directa a la Zalia para darle un poco de vida a ese muerto que tienen ahí.
–Esa también es una vieja reivindicación vecinal.
–Ese era el plan en principio: una entrada directa, en un posible ferry hacia Francia o Inglaterra. Una salida como es debido para todo el trabajo y material que hay en el Puerto. Pero no se involucran, no dicen nada y no tienen ni una idea. Vamos, esperanza cero de que esto se cumpla a corto plazo. Y con corto plazo me refiero a 10 años por lo menos.
–¿Cuál es el sentimiento que impera entre los vecinos?
–La sensación es de absoluta incredulidad. Han perdido toda la credibilidad que podían tener y ya no les queda ni un pozo de confianza. Después de que este consejero viniera a decir que si se hace un túnel puede caerse una residencia de ancianos… ¡sinvergüenza! No sabe que ya hay un túnel de este a oeste que atraviesa Gijón (el metrotrén) y no cayó nada ni nadie se enteró. El problema es que no hay voluntad.
–Más allá del tráfico, ¿qué otros problemas arrastra Jove?
–Muchos. Es una zona mixta y hay problemas de desbroce, de vigilancia… Por ejemplo, el campo de fútbol, que era de la Autoridad Portuaria, tenía unas instalaciones bastante guapas y lo dejaron morir. Vandalizaron los vestuarios y este lunes, para rematarlo, quemaron las escuelas. Tuvieron que venir los bomberos y la policía y se formó un espectáculo del demonio. Es una muestra de la dejadez total con este barrio, que ya se está convirtiendo en terreno salvaje.
«Aún queda mucha guerra»
–En los últimos años, las asociaciones del oeste se han unido para reclamar soluciones conjuntas. ¿Sigue existiendo esa unidad?
–Ahora mismo da la impresión de que cada uno va un poco por su lado, cuando deberíamos estar como una piña, sin fisuras. La Calzada parece que va por su cuenta, a Veriña casi ni la mencionan… Está un poco descabezado. Por ejemplo, a la concentración de La Calzada yo voy a ir a título personal, como un ciudadano más porque estoy concienciado, pero a mi asociación nadie la invitó. Aunque no estamos distanciados. Estamos en la misma guerra y no puede ser de otra manera.
–¿Qué papel debe jugar la Federación de Asociaciones de Vecinos (FAV) en este momento?
–La federación tenía que estar levantando la voz a gritos y planeando movilizaciones. Me gustó la idea de Nicieza de ir a Madrid, viajar en varios autocares y plantarnos en el Ministerio de Transportes, a ver si el ministro se dan por aludidos. Hay que ir allí, dar la tabarra y hacer una cacerolada buena, a ver si se enteran. Están subidos en un trono y miran con absoluto desprecio a la población de La Calzada.
–Además de ir a Madrid, ¿se puede hacer algo más o ya se han gastado todos los cartuchos?
–No, no, aquí no hemos gastado nada. Quedan muchas cosas por hacer: los cortes de tráfico a la brava, acampadas… Tenemos que volver a coordinarnos y volver a las movilizaciones conjuntas. Todavía queda mucha guerra que dar.
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