«Los jóvenes gitanos de hoy tienen otros intereses y metas»

Adrián no se ve trabajando en el Rastro, pese a que hace años dejó la ESO para ayudar a su familia. «Soy introvertido y sé que no voy a poder vender como mi padre. No vamos a dejar los puestos, pero ahora se saca prácticamente lo justo para comer», explica. Además, «a la hora de alquilar un piso y hacer otros trámites te piden una nómina», por lo que hace tiempo echó su currículum en la fundación y logró un trabajo como repartidor en una empresa de trabajo temporal. Como él, añade, «pocos de mis amigos quieren ir al mercadillo».

La fundación trata de facilitarles su entrada en el mercado laboral a través de diferentes programas. «Partimos de que la gran mayoría tiene una cualificación muy baja y por eso les motivamos a retomar los estudios, empezando por la ESO», aclara Pepa González. Tanto Adrián como su mujer están en ello gracias al programa Radio Ecca.

Además, a través del proyecto Kerdavar jóvenes como Noelia, adquieren competencias para la búsqueda de empleo. «Salí del instituto a los 16 y empecé con este programa, donde nos enseñan cómo buscar empleo, a trabajar con herramientas como Linkedin e incluso visitamos varias empresas», señala la joven, que ayer superó «menos nerviosa de lo que pensaba» las entrevistas rápidas con la empresa de trabajo temporal Iman, Brillastur y la cafetería Robi. Sandra Montero, responsable de esta última, aseguraba al finalziar el encuentro que «las empresas deben ser abiertas, inclusivas y diversas porque la sociedad es así y eso es una fortaleza».