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«Es cierto que le regalé a mi frutero dos rayitas, pero nunca he vendido cocaína en el bar»

El hostelero acusado de vender droga niega que su local fuese un punto de venta y justifica los 10 gramos incautados como «una compra para tiempo»

PABLO SUÁREZ

Jueves, 29 de noviembre 2018, 14:31

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«Soy consumidor habitual de cocaína, pero nunca he vendido droga a nadie. Ni en mi bar ni en otro sitio». C.Q.R., el hostelero gijonés acusado de vender droga en su bar de la calle Río Sella, negó esta mañana tajantemente los hechos que se le imputan y por los que la Fiscalía pide hasta 6 años de prisión. El acusado argumentó que la sustancia intervenida por los agentes de policía el pasado 20 de octubre de 2017 se corresponde únicamente con el consumo propio. «Compré esos diez gramos el día anterior. Era una compra para tiempo. Que estuviese en el bar fue un despiste, normalmente lo guardo en casa», afirmó ante la jueza de la Sección Octava de la Audiencia Provincial, a quien también negó la existencia en el local de una navaja manchada con cocaína y que los agentes de la Policía Local consideraron prueba evidente de que el acusado pretendía cortar la droga para su posterior venta. «Ni había una navaja manchada ni yo estaba preparando ninguna papelina para vender. Lo que faltaba de la bolsa fueron unas rayitas que le regalé a mi frutero, junto al que consumo habitualmente», aseguró el hostelero.

A quien el acusado se refirió como «mi frutero» fue también citado en calidad de testigo por parte de la defensa. J.M.V., al que el día del registro la Policía incautó una papelina de cocaína y que nada más entrar en sala judicial manifestó su intención de no declarar -estaba obligado por ley-, negó parte de la versión del acusado, aunque aseguró no tener constancia de que el local fuese un punto de venta de droga. «Nuestra relación es de cliente y proveedor. Aquel día yo le estaba llevando un pedido y cuando me fue a pagar me encontré con que entre los billetes había una especie de papel rosa. No sé para qué me lo dio», relató. Pese a que en un primer momento, preguntado por la Fiscalía, negó ser consumidor de droga (tal y como había afirmado el acusado), terminó por reconocer que sí lo era. «He consumido hachís y marihuana, pero nunca cocaína», confesó a la defensa, la cual solicitó un careo entre testigo y acusado con el fin de determinar la veracidad de ambas versiones y que no fue aceptado por la jueza al considerarlo innecesario.

Otra de las cuestiones referidas por parte de la defensa para justificar la petición de libre absolución de su cliente era una supuesta vulneración de la cadena de custodia de la sustancia intervenida en el bar. «Figura que hay un agente que realiza la entrega de la misma en Cantabria, pero desconocemos cómo se hace ese agente con ella», afirmó el letrado. Una cuestión a la cual restó veracidad el ministerio fiscal, al considerar que en caso de duda sobre la cadena de custodia se debería haber citado a declarar al agente encargado de la misma, hecho que no se produjo. Quienes sí acudieron a sede judicial en calidad de testigos fueron algunos de los agentes que integraron el dispositivo de registro desplegado en el local. «Recibimos avisos por parte de los vecinos, que se quejaban de ruidos, venta de alcohol a menores y trapicheo. Es cierto que de esto último no vimos evidencia, pero sí se intervino una papelina envuelta en un papel idéntico al del bloc de comandas del acusado», afirmó uno de ellos. Preguntado por la defensa por si habían encontrado alguna báscula u otro elemento habitual en el corte de la droga, el agente aseguró que «en este tipo de casos no se precisa de objetos tan precisos». «Esta gente suele cortar la droga con una navaja y a ojo. Conocen bien las cantidades», aludió.

Terminada la ronda de declaraciones, la Fiscalía consideró oportuno mantener la petición de condena de seis años y un día de cárcel para el acusado, al asumir que pese a ser «excesiva» era el mínimo que estipula la ley. Por su parte, la defensa mantuvo su petición de libre absolución al considerar que «no hay prueba directa que confirme que ha habido venta alguna». El juicio quedó visto para sentencia.

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