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Arriba, el quiosco de Somió, en obras, y a la izquierda, Juan Carlos Araújo, en su actual local. FOTOS: D. ARIENZA Y J. C. TUERO
«Llevábamos año y medio detrás de este quiosco, abriremos en octubre»

«Llevábamos año y medio detrás de este quiosco, abriremos en octubre»

Juan Carlos Araújo y Mar Victorero trasladan su negocio de la calle Manso para regentar el emblemático local de El Peru, situado en Somió

DANI BUSTO

GIJÓN.

Jueves, 22 de agosto 2019, 03:31

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Aguarda, paciente, a que una niña se decante por unas u otras golosinas (son clientes fieles, pero a veces indecisos). Después, Juan Carlos Araújo conversa con EL COMERCIO mientras atiende, de vez en cuando, al resto de clientes que entran en el Quiosco El Sella. Pocos días le quedan en este local situado en el barrio de La Arena, ya que tanto él como su mujer, Mar Victorero, son los nuevos adjudicatarios del emblemático quiosco de El Peru, en Somió, que calculan abrir «entre el 15 y el 20 de octubre».

Este pequeño establecimiento, cerrado desde que en 2017 se jubilara su anterior gerente, Margarita Peña, se encontraba desde hacía tiempo en el punto de mira de sus nuevos inquilinos. «Llevábamos año y medio detrás de él», asegura Araújo, convencido de que el cambio conlleva un buen número de ventajas, entre las que se encuentra, por citar un ejemplo, el ahorro del alquiler de un garaje para el coche.

Eso sí, la inversión requerida también es importante, ya que el coste de las necesarias reformas supera los 20.000 euros. «Las cuentas están echadas», indica Araújo con una sonrisa.

Estas obras afectan principalmente al interior del local, donde «se tiró todo». El quiosco, que además es parada de autobús desde hace varias décadas, tenía dos baños. Uno de ellos se quitó «para ganar más espacio», y se dejó solamente el otro. Además, «se está pintando y poniendo un techo nuevo para impermeabilizar el tejado». La remozada instalación se complementará en verano con un banco frente al quiosco para el que ya tienen el pertinente permiso del Ayuntamiento.

El matrimonio se turna para supervisar las obras y estar al frente de su actual quiosco, donde varios clientes se detienen para preguntar cuándo abrirá el nuevo establecimiento de Somió. «Ya están todos avisados de que el 8 de septiembre será nuestro último día aquí», señala Juan Carlos Araújo, quien confía también en mantener la fidelidad de la gran mayoría de clientes que les han acompañado durante los últimos cinco años. «Muchos de ellos vienen desde Somió hasta aquí, los conozco desde críos, porque somos de Gijón y antes parábamos en El Peru, a las cuatro, y luego íbamos a El Jardín, a las seis», rememora.

Cambio de barrio

Antes de montar el negocio, Juan Carlos Araújo y Mar Victorero trabajaban en una empresa de fabricación de canalizaciones, tuberías y material de alcantarillado, «pero con la crisis», la compañía se vio abocada al cierre y, en 2014, el matrimonio se reiventó. En menos de dos meses volverán a cambiar, esta vez de barrio. Tomarán las riendas de un emblemático edificio que, en un primer momento, era un fielato donde se cobraban los impuestos por la entrada y salida de mercancías.

El de Somió, junto al de la Plazuela y el de Los Campos, es uno de los tres últimos quioscos históricos de la ciudad. El pasado diciembre se abrió el plazo de solicitud para la concesión de estos quioscos, de titularidad municipal, aunque en un principio solamente llegaron ofertas por el establecimiento urbano de la plaza de San Miguel. Finalmente, gracias a este matrimonio, El Peru tendrá quien suba su persiana cada mañana.

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