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Lucas González y su hermano, con los voluntarios, en el taller.

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Lucas González y su hermano, con los voluntarios, en el taller. ARIENZA

Una mano biónica para tocar la guitarra

La Asociación de Autofabricantes pone en marcha 'Supergiz', un taller con familias para crear prótesis con impresoras 3D

V. TREVIÑO

GIJÓN.

Domingo, 16 de diciembre 2018, 06:47

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«Me gustaría tener una mano poder coger una púa y poder tocar la guitarra». El logroñés Lucas González participó ayer, junto a una decena de compañeros, en un taller, 'Supergiz', organizado por la Asociación de Autofabricantes y 'MediaLab' para la elaboración de prótesis mediante impresoras 3D. Era la manera de conocer cuáles son las peticiones de los pequeños, para después llevar a cabo la impresión y la fabricación de las prótesis. «Hacemos grupos de trabajo con los niños, que participan activamente en el proceso de creación de las prótesis», explicó Cristian Pérez, de la Asociación de Autofabricantes. El taller une de alguna forma «la originalidad del niño y el conocimiento de los adultos para poder desarrollar las ideas y cumplir los sueños de los pequeños».

Cada prótesis es única. «Todas tienen unos enganches diferentes. Uno vale, por ejemplo, para abrocharte la camisa, otro para subirte la cremallera e incluso otros para coger raquetas de tenis o simplemente un yogur», agregó Pérez.

Oier Nuñez, llegado desde Burgos, pedía «una patita en forma de aleta para poder nadar en la piscina», mientras que el avilesino Santiago Alarcón prefería «una mano especial para jugar con los Lego».

Pérez reveló que este trabajo «es muy necesario, ya que con el paso del tiempo los niños van creciendo y van necesitando prótesis nuevas». Además, éstas son mucho más económicas que las que pueden elaborar las empresas privadas: «Si cada una cuesta 6.000 euros, imagínate tener que cambiarla cada tres o cuatro años», explicó. En cambio, las conseguidas en estos talleres, «únicamente necesitan la luz, los materiales, que no pasan de 200 euros y el trabajo de los voluntarios, que se paga con la ilusión de los pequeños».

La de ayer fue la primera de tres sesiones en las que tanto pequeños como voluntarios completarán el proceso de creación de las extremidades biónicas. El próximo taller se celebrará el 26 de enero, «cuando ya esperamos llevar a cabo la impresión de las piezas». Finalmente, el 23 de febrero los voluntarios procederán a la entrega de las mismas en un taller «más lúdico» donde los niños probarán sus nuevos implantes.

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