Marcos Tamargo será el presidente del Club Rotario de Gijón a partir de junio de 2025

El club gijonés cuenta con algo más de una treintena de miembros. «Se procura que haya gente de profesiones muy variadas para poder abordar mejor los proyectos de ayuda en los que trabajamos», explica Tamargo a EL COMERCIO. La entidad se encuentra ahora inmersa en la rehabilitación de la capilla de San Esteban del Mar, un proyecto que «el Ayuntamiento lo va a apoyar y ya recaudamos dinero con distintas acciones, porque hacemos cenas anuales, un campeonato de golf y otras actividades para poder conseguir fondos». Marcos Tamargo apunta que «el de la capilla es el proyecto más sonado, pero también trabajamos en otros. Por ejemplo, en pintar casas de personas desfavorecidas. Además, nos asociamos con otros clubes para hacer acciones más grandes».

El Club Rotario de Gijón centra su principal actividad a nivel local. En Gijón son solo algo más de 30 miembros, pero son conscientes, subrayan, de que «somos el club más grande del mundo, porque los clubes rotarios tienen 1,4 millones de personas dedicadas a solventar problemas», explica.

El futuro presidente es miembro del Club Rotario de Gijón desde lo 33 años y se unió porque «por mi trabajo siempre colaboré con muchas entidades solidarias de todo tipo. Muchas veces donas una obra, se recauda dinero y no sabes a dónde va. Pero aquí sí que se conocen todas las cuentas y sabes a qué se destina el dinero en cada proyecto», reflexiona. Y resalta que una de las virtudes de esta entidad es que «hay gente de todos los signos políticos, religiosos... y favorece su internacionalización».

Aún falta año y medio para que Marcos Tamargo inicie su mandato, pero ya tiene claro cuáles serán algunos de sus objetivos. «Quiero hacerlo más dinámico», porque, aunque se reúnen todos los lunes a las nueve de la noche, es muy fácil que algunos miembros no puedan asistir por cuestiones de viajes o trabajo. Él mismo tiene que viajar a menudo. Conoció clubes rotarios de Kenia, Miami y Madrid, y «me gustaría implementar aquí otras acciones que vi en esos lugares. Y eso que el club de Gijón es muy activo», remarca.

El club gijonés suma todos los años nuevos socios. Indica que «procuramos siempre sumar. Somos hombres y mujeres de todo perfil, pero requiere un esfuerzo grande estar aquí, porque es una labor que necesita continuidad». Por eso, sus miembros procuran «colaborar en todo lo que podemos y estamos presentes en la Feria Internacional de Muestras para dar visibilidad al club», explica el artista gijonés.

Entre tanto, continúa adelante el proyecto para convertir las capilla de San Esteban del Mar en un espacio cultural abierto. El Ayuntamiento de Gijón se comprometió a encargarse de la urbanización del entorno y de integrar en el barrio al que está considerado como el edificio más antiguo de la ciudad, que data de 1648, según una inscripción que se puede ver en la propia capilla. Se espera que las obras de rehabilitación puedan comenzar lo antes posible.