«Nerón es un cacho pan, pero cambió el día que intentaron entrarnos a robar en casa»

La noche del pasado jueves tardarán en olvidarla en mucho tiempo Isabel Fernández Reis, de 51 años, y su marido Rogelio Álvarez Lledías, de 47. Este matrimonio gijonés, inquilinos de una vivienda en portal número 4 de la calle Central, en La Calzada, vivieron lo más cercano a una pesadilla al huir del domicilio familiar tras ser atacados salvajemente por la mascota de su hijo mayor Alejandro, un fornido macho pitbull de cuatro años de nombre Nerón.

La pareja acabó siendo trasladada al Hospital de Jove con mordeduras en el brazo, ella, y en el brazo y en la pierna, él. Trataron de encerrar al desbocado can en el salón de la casa colocando una barrera de muebles, pero el animal no se detuvo con eso, por lo que al final el matrimonio y otras dos hijas menores de edad, de 16 y 13 años, bajaron a la calle a pedir ayuda encerrando previamente a Nerón en el piso.

Isabel explica que todo sucedió en torno a las once y media de la noche. «Fue después de que cayera contra el suelo un bote con creatina. Nerón se puso muy nervioso. Me metí detrás de una mesa e intenté proteger a mi hija pequeña. Se obcecó conmigo, me enganchó el brazo izquierdo a la altura de la articulación del codo y casi me muerde en la arteria. Me paré sin hacer fuerza para que él no presionara más», relata la mujer. Posteriormente entró en juego su marido Rogelio, que separó y sujetó al poderoso pitbull para intentar cortar la agresión. Entonces el animal se volvió lleno de ira contra él. Cogió un cuchillo jamonero para defenderse de los ataques del perro, pero no consiguió herir al animal y también sufrió mordeduras en sus extremidades.

El violento incidente acabó cuando se presentó en el domicilio familiar de La Calzada Alejandro, de 24 años, el propietario de la mascota. Él se lo encontró ya completamente calmado y manso y lo condujo hasta la furgoneta del lacero municipal.

Isabel asegura que el animal lleva con la familia desde cachorro y que «nunca hizo nada y siempre fue un cacho pan hasta que el día de Reyes de 2021 nos reventaron la puerta e intentaron entrarnos a robar en casa con nosotros dentro en el piso en que vivíamos en Gran Capitán». «En esa ocasión en vez de ir contra los que querían asaltarnos, que salieron huyendo, también mordió a mi marido», apunta Isabel rememorado el precedente.

El animal se encuentra actualmente custodiado en el Albergue de Serín a la espera de ser evaluado por veterinarios de la Consejería de Medio Rural del Principado para realizarle pruebas etológicas. Ellos serán los que determinarán si el pitbull es recuperable para no volver a reincidir en sus agresiones. Isabel tiene claro que no quiere volver a convivir bajo el mismo techo con Nerón.

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