NMR, el gigante que creció veloz, bajo sospecha

EL COMERCIO investigó el asunto para separar el rumor de los hechos. «No es normal que una empresa que está generando un enorme empleo directo e indirecto tenga este tipo de ataques a cada momento, debe ser algo intrínseco y claramente partidista», manifestó desde NMR quien dice ser su «presidente y CEO» y que el 12 de abril accedió a dar su versión a condición de no citar aquí su identidad.

NMR 1926 se constituyó el 10 de abril de 2018 en una urbanización exclusiva de Pozuelo de Alarcón, con el capital social mínimo exigible, 3.000 euros. La dirección irá cambiando a oficinas de alto standing. En El Musel desembarca en noviembre. Dicen elegir Gijón «como punto de partida por proximidad entre países del Báltico, norte de Europa y norte de África». Habían sopesado ir a algún puerto gallego «pero la climatología no ayudaba».

Para ese nacimiento la firma reconoce haber contado con el amparo del holding internacional DSA Group: «Nos ayudó para poder contratar fletes de buques en las primeras operaciones ya que no se conocía a NMR como empresa». Acaba aquel primer ejercicio moviendo 250.000 toneladas, declarando unas ventas de 16,8 millones y un beneficio después de impuestos de 231.112 euros. Solo está empezando. Su primer año completo es 2019 y lo cierra con 1,8 millones de toneladas de carbón movidas, W139,1 millones de euros de cifra de negocio y 6,1 de beneficio. La web de la empresa asegura que en 2020 siguió hasta los 295 millones en ventas. Es una progresión extraordinaria. «Evoluciones de ese calibre denotan que antes de montar la empresa ya tenías a los clientes, un sistema que suele dar dinero», explican varios expertos financieros.

De considerarla asturiana, NMR sería la duodécima sociedad por volumen de negocio, según el ranking de El Economista. Las que la superan –Arcelor, EdP, Azsa y Alimerka– son todas veteranas, con historia detrás. La firma carbonera en cambio carece de esa tradición, presencia en el territorio o figura institucional de referencia.

Es un déficit de vinculación social que palió en buena parte convirtiéndose en el espónsor del Real Oviedo el pasado agosto. El día de la presentación en sociedad del acuerdo de patrocinio, no es un accionista ni el presidente de NMR el que da la cara ante los medios. El acuerdo se presenta con duración de un año, sin detallar la suma económica, pero con calibre suficiente para añadir las tres siglas al nombre del estadio y las camisetas de los jugadores.

Son los buenos tiempos, cuando el crecimiento de NMR 1926 (el año de la fundación del Real Oviedo) parece no tener fin. Al frente, explica su presidente, está «un equipo minero con más de 20 años en el sector» y otros profesionales con «experiencia internacional, operacional y financiera».

Habrían detectado una oportunidad de negocio donde antes otros habían fracasado y que consistiría en convertir el puerto de Gijón en una suerte de 'hub' de carbones donde mezclar diferentes tipos procedentes «normalmente de Rusia», pero también de minas asturianas y leonesas –e incluso «alrededor de 500.000 toneladas»de excedentes de las térmicas cerradas– y «valorizando algunas granulometrías de los mismos hacerlo competitivo versus otros competidores que suministran directamente de la mina sin ningún tratamiento, ya que cada carbón tiene unas propiedades diferentes y lo que se trata es de ajustar y adaptar los requisitos del cliente final al producto a entregar».

La calidad de ese «traje a medida» que desde el primer día defendió la compañía estaría «controlada por un equipo muy profesional de laboratorio». Las mercancías se embarcan a Amsterdam, Vietnam, India, Marruecos... para su uso en los sectores térmico y siderúrgico.

En plena descarbonización, NMR se convierte en el principal operador de carbón del primer puerto granelero del país. Se comienza a especular sobre su posible interés en adquirir las acciones de titularidad pública de la terminal granelera, que hace unos años trató de privatizarse. «Es falso totalmente», asegura la empresa, que niega también «absolutamente» haber presentado oferta alguna o mantenido conversaciones al respecto. «No existe interés ninguno, más allá del enorme respeto y colaboración que tenemos con los excelentes profesionales que la integran y el excelente servicio que prestan a sus clientes, entre los que nos encontramos», responden.

La actividad es incesante y NMR, que a cierre de 2020 declaraba tener solo 25 empleados, reparte juego. Cuenta con consignatarias, empresas de alquiler de maquinaria y transportistas locales. El dinero y las facturas fluyen sin que el esquema societario de NMR 1926 sea obstáculo. El 50% de las acciones de la empresa están a nombre de David Rodríguez Menéndez, empresario del carbón natural de Cangas del Narcea que hasta entonces había participado de proyectos de menor dimensión. La otra mitad la controla Twdc Shares 1926 SLU, de la que es administradora única Bianca de Vlas. Su nombre figura en los servidores de información mercantil vinculado a otras diecisiete empresas, activas o cerradas. Se abren con 3.000 euros y unas quedan paradas ahí, mientras otras protagonizan crecimientos exponenciales.

NMR 1926 responde a ese último tipo. En enero de 2019 su capital social crece en 5,2 millones, en julio se amplía en 11,4 más y en diciembre se le añaden otros ocho millones. «No existen inversores externos más allá de los socios; el capital está totalmente desembolsado y los acuerdos que se tengan internamente entre los socios no es algo de dominio público», explica la firma. En los últimos tiempos la multinacional ha creado filiales. Está NMR White Clay («se dedica a la explotación y comercialización de arcilla»), NMR Continental Ltd en Gran Bretaña («enfocada a obtener financiación de 'trading internacional'»), NMR Steel Solid Fuels y NMR Bulk Terminal («no está definido cuándo empezarán su actividad»). Este formato permite segregar la actividad sin que los problemas de una unidad contaminen al resto.

El 31 de diciembre la sociedad declaró tener pendiente de cobrar 66,7 millones sin pagar a sus acreedores comerciales 38,8 millones. Las cuentas depositadas en el Registro Mercantil la presentan sin «riesgos significativos», dice acabar de cerrar el apoyo financiero de un banco suizo y estar pagando a 48 días de media. Con esos números servidores mercantiles como Einforma le dan riesgo bajo de impago.

Pese a ello los volúmenes de deuda empiezan a asustar a los proveedores a los que NMR ha ido pidiendo en los últimos meses que aguanten las facturas. Reconoce no contar ya con el paraguas de DSA Group pero defiende su solvencia financiera, que habría reforzado en las últimas semanas con «la obtención de crédito por varias decenas de millones en bancos extranjeros».

La solidez del conglomerado está siendo puesta a prueba. El impago de 125.935 euros a una empresa leonesa de transporte devino en el embargo de 47.000 toneladas de carbón a bordo del buque 'Tramp Lady'. Una denuncia de una empresa minera ha llevado a la Consejería de Industria a detener la extracción de arcilla en su mina 'Sofía'.

El Principado tiene abierto expediente por manejo de graneles sin respetar la normativa ambiental y un pleito comercial con una empresa suiza ha parado 160.000 toneladas en la EBHI.

La partida del gigante que llegó de fuera continúa, pero en las oficinas hace días que no se ve a nadie.