Norman Foster inspira el nuevo Humedal de Gijón
El Ayuntamiento insiste en que «no debería ser un apeadero, si no una zona estancial que mejora y dignifica el entorno»
¿Habrá intercambiador en El Humedal? La respuesta a esta pregunta ha ido variando en estos meses. El gobierno asturiano siempre lo ha tenido claro, ... que para algo fue quien consiguió dos millones de financiación europea para ponerla en marcha. Desde el Ayuntamiento, pasaron de un sí con el gobierno de Ana González, a las reservas del actual. No obstante, Foro ha ido modulando su respuesta. De su negativa en la oposición, a ser un agente proactivo en busca de que la mejor solución posible. Lo que se podría encuadrar ahora en un sí con matices.
La premisa de partida es clara. Lo expresó la alcaldesa Carmen Moriyón el martes tras la reunión con el consejero de Fomento: «Que ofrezca dignidad y comodidad a todos los usuarios». En el Ayuntamiento siempre ha preocupado que esto sea una especie de apeadero en mitad de la ciudad, con gente que acabe tirada con sus maletas, o dificulte la propia movilidad. Fuentes municipales insistían ayer a EL COMERCIO en su postura: «Que los buses de larga distancia hagan sus salidas/llegadas en la estación actual y posteriormente en la intermodal, pero no en el intercambiador». Asimismo recalcan que es clave que «no paren en El Humedal más autobuses de los que lo hacen en la actualidad» y que, estéticamente, «no se vaya al concepto que denominamos 'tendejones', sino que sea un diseño más acorde a la entidad del espacio en el que se ubica, que es el centro de Gijón».
Por ahí parece que podrían ir los tiros. El Principado se ha inspirado en varios modelos antes de hacer su propuesta, y una de las que más ha gustado es la que tiene la ciudad de Marsella y que es obra de Norman Foster. Se trata de un pabellón de espejo en el puerto viejo y, que tiene una efecto visual muy característico, el hecho de que se ven reflejados los propios peatones. En el caso concreto de esta marquesina, tiene 46 metros de largo por 22 de ancho y está acaba en acero inoxidable. Además, se ha buscado que el revestimiento de granito imite a los adoquines, crear una sensación de conjunto integrado en el entorno. Revisando las críticas sobre esta apuesta arquitectónica, se encuentran, a su vez, inspiraciones en otras obras japonesas que cumplen esa doble función, estética y funcional.
«No debería ser un apeadero, sino una zona estancial que mejore y dignifique el entorno», recalca el Ayuntamiento La ciudad francesa fue Capital Europea de la Cultura en 2013, a lo que aspira Gijón con vistas a 2031
Cabe recordar que Marsella fue capital europea de la cultura en 2013, algo a lo ahora aspira Gijón para la cita de 2031 y a lo que apuestas arquitectónicas de este tipo podrían darle un impulso.
En fase de análisis
Lo que sí confirman desde el Ayuntamiento es que «el proyecto ya está siendo estudiado por los técnicos de cara a seguir trabajando». Y reiteran: «No debería ser un apeadero, sino una zona estancial que mejore y dignifique el entorno».
Por su parte, el consejero de Fomento, Alejandro Calvo, ya aseguró el martes que «no supondrá un cambio de flujos sino que se facilitará el uso ciudadano». Además, se creará «un espacio atractivo que mejore el aspecto y la calidad de vida del entorno».
El secretario general del PSOE, Monchu García, entró ayer en este debate para celebrar que «Carmen Moriyón haya cambiado de posición» aunque, añadió, «es tan flexible en sus posicionamientos que ya no se sabe lo que será capaz de mantener con el Principado».
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