La obra de la cúpula de la Laboral destapa firmas de los obreros que la construyeron

Poco falta para que finalice la reparación de la cúpula de la capilla de la Universidad Laboral tras un año desarrollándose dichas obras. Además de la reparación, los trabajos están sacando a la luz hallazgos sobre la vida de los trabajadores que, en su día, allá por los años 50, se encargaron de levantar esta estructura única en el mundo en cuanto a dimensiones y forma constructiva.

Esos obreros, que pusieron los ladrillos de los arcos a sabiendas de que lo que estaban haciendo era algo muy novedoso, quisieron dejar constancia de ello con su firma en las paredes de la cúpula. Casi setenta años después, estas rúbicas ven la luz.

Una de las descubiertas durante las jornadas laborales es la de José Luis Noval que, firma en la estructura junto al año en la que se estaba levantando, 1956, dejando así testimonio de su participación en la construcción de la cúpula de la Laboral.

Otros, más escuetos o precavidos, quisieron dejar constancia, pero haciendo que pasara más por alto, como fue el caso de uno de los obreros que decidió tan solo dejar sus iniciales: 'J. T.'. Las dos letras se encuentran enmarcadas en los muros de la construcción.

Un pequeño detalle tan lejano que resultaba imposible de ver al permanecer en lo alto de la cúpula. Nombres que, aunque casi nadie conoce, descansan junto a la cúpula, que consta de unos arcos entrecruzados que la hacen única y un cubrimiento de la plementeria entre ellos con el sistema de bóvedas tabicadas que su arquitecto, Luis Moya Blanco, empleó ampliamente.